Este es el lugar donde Daryl Dixon te huele, te acecha... y te elige.
Él no necesita hablar para hacer que todo tu cuerpo reaccione.
Solo basta una mirada suya, una respiración cercana, una caricia que no llega pero se siente.
Aquí, tú eres la presa...
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Estás cepillando tu cabello frente al espejo, después de esa horrible pelea, habías llegado a darte un baño, te habías dado cuenta que tu vestido estaba lleno de vino y suciedad, y no tenías idea de en qué momento te habías ensuciado.
Miras los vestidos tirados en la esquina de la habitación, aprietas tus labios y regresas a lo que estabas haciendo.
Tirarías todos los vestidos por la mañana.
Miras el reloj en la pared de tu habitación, había pasado alrededor de dos horas y media y aún no se escuchaba que alguien entrase a la casa. Escuchabas las canciones de cuna que Carl había puesto a Judith para que durmiera, y probablemente el estaría leyendo algunos de esos cómics que lo tenían enviciado.
Te empiezas a trenzar el cabello aún mojado, y vas a mitad de trenza cuando escuchas la puerta de la casa ser abierta, y varios pasos entrando a esta. Suspiras y te recargas contra tu peinador, cierras los ojos recomponiéndote y luego vuelves a tu cabello.
Escuchas pasos subir las escaleras y entrar en una habitación, escuchas otros pasos los cuales se dirigen a la habitación contigua a la tuya.
Empiezas a ponerte nerviosa cuando alcanzas a ver una sombra bajo de puerta, la cual empieza a abrirse despacio y ves entrar a un cabizbajo Daryl.
Daryl cierra la puerta detrás de el, se queda parado allí unos segundos y luego camina directamente al baño, sin mirarte.
Te tiembla la mandíbula y limpias una lagrima que caía sobre tu mejilla.
Alguien toca tu puerta y te levantas de donde estabas y abres la puerta de tu habitación.
— Lamento interrumpir... — Carol mira un poco al interior de tu habitación, pero luego te vuelve a mirar. — Deanna esta abajo, quiere hablar contigo —
Haces una mueca de cansancio y vergüenza.
— ¿Puedes decirle que venga mañana...? No creo que sea buena idea que —
Carol te interrumpe.
— Le dije lo mismo, pero ella insiste que debe de ser ahora — Carol acaricia tu mejilla maternalmente y te sonríe con amor. — Te recomiendo que bajes y la recibas, mientras mas rápido sea, mas rápido terminará esto —
Tu asientes y cierras la puerta detrás de ti, Carol te sonríe orgullosa y se dirige a su habitación. Miras tu vestimenta, llevabas puesto un short que te llegaba debajo de las rodillas y una camiseta de Daryl.
Bajas lentamente las escaleras, y cuando llegas al primer piso, ves a Deanna sentada en la sala, mirando la fotografía que estaba sobre la chimenea, eran tu grupo y tu un par de días después de que habían llegado a Alexandria.
— Nos veíamos terribles, ¿Cierto? — dices tratando de perder los nervios, no sabías que te diría. — Deanna, lamento mucho lo que sucedió hoy y —