Historias variadas de Daryl Dixon y tu, algunas historias basadas en la serie, y otras totalmente random.
Habrán historias de capítulos cortos y otros con continuación.
Actualización diaria.
No se aceptan adaptaciones.
Doy crédito y derecho de au...
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Era como la décima casa que revisaban, y la verdad es que habían tenido las mejores de las suertes, habían encontrado muchos víveres en buen estado, ropa guardada en sus armarios, cobijas e incluso juguetes para los niños de la comunidad.
Se estaban llevando la lotería en provisiones, Alexandria estaría contenta ese día, y todo gracias a tu calentura frustrada.
Miras a Daryl quien revisaba los gabinetes de la cocina en la que se encontraban, parecía de buen humor, no siempre se tenía tanta suerte como ese día. Por otro lado, tú estabas que morías de frustración, vergüenza y enojo contigo misma.
Cuando habían llegado y estabas por entrar a esa casa, Daryl no te había jalado por que intentara besarte o reclamarte por lo que había dicho en el camioneta, si no por que dentro habían caminantes.
Como decías anteriormente, tus ganas de follar te estaban haciendo perder la compostura y el cuidado, deseabas tanto que el hombre te estampara contra la pared mientras te besaba ferozmente y te manoseara por todas partes. Que te subiera en la encimera mientras te embestía con fuerza y que apretara tus senos medianos entre sus manos.
— ¿Porqué me miras así? — parpadeas varias veces y te recompones por un momento.
— ¿Así cómo? — intentas hacerte tonta, jugando con tu cuchillo. Te había atrapado.
El hombre achica sus ojos y se acerca peligrosamente a ti.
— No se de que... — dejas de hablar cuando lo tienes frente a ti, el se inclina un poco haciendo que te sintieses pequeña aunque no lo eras. — Daryl... — susurras entre cortadamente.
— ¿Porqué estamos realmente aquí _______? —
Era la primera vez que oías tu nombre salir de sus labios, y empezaste a desear que lo gimiera.
"Para con esto _______" te regañaste mentalmente.
— ¿Qué planeabas hacer con Spencer? — respiras agitadamente, su aliento golpea tu rostro, y te sentiste desvanecer, olía a menta fresca, como si hubiese lavado su boca antes de salir de su casa. — ¿Porqué iban a venir aquí? —
Tragas grueso.
— Nosotros... yo... — tus mejillas sonrojadas delataban lo que no decías y Daryl por algún motivo se molestó. — En realidad no se a donde iría con Spencer, solo me invitó a salir de expedición— admites al final. — Nunca llegó y yo... Llegaste tu, y creí que sería bueno salir con alguien más —
