Capítulo 27

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Leonardo

Estoy en mi despacho, la luz suave de la lámpara ilumina el espacio mientras las sombras danzan en las paredes. Lorenzo está frente a mí, su presencia imponente y su mirada incisiva lo convierten en una figura autoritaria en la habitación. Hemos estado hablando sobre la situación con Alessandro y cómo ha complicado las cosas. Lorenzo, como siempre, es directo y sin rodeos.

—Es hora de que dejes a Alessandro —dice Lorenzo, su tono serio y resuelto—. No puedes seguir con esta situación. Es un obstáculo para todos nosotros ahora con el problema que tenemos.

Sus palabras son como un golpe frío, y siento cómo una oleada de tensión recorre mi cuerpo. Desde el momento en que Alessandro llegó a mi vida, ha sido un desafío constante, pero también algo más. Su presencia ha cambiado mi perspectiva de muchas cosas, y ahora, enfrentando las exigencias de Lorenzo, me veo en una encrucijada.

—No puedo simplemente deshacerme de él —respondo, tratando de mantener la calma—. No es tan simple.

Lorenzo arquea una ceja, su expresión impasible mientras me observa. Parece que sabe que hay más detrás de mis palabras, y no está dispuesto a aceptar una respuesta superficial.

—Entonces, dime la verdadera razón por la que aceptaste a Alessandro como pago —exige Lorenzo, su voz sin piedad—. ¿Qué te hace tan reacio a soltarlo?

Sus palabras me golpean con fuerza. El peso de la verdad, de lo que realmente siento por Alessandro, me asalta como una tormenta. He estado guardando estos sentimientos para mí mismo, protegiéndolos detrás de una fachada de profesionalismo y desapego. Pero ahora, con Lorenzo presionando, siento que es el momento de ser sincero por primera vez en mucho tiempo.

Respiro hondo, sintiendo la verdad burbujeando hacia la superficie. No es fácil abrirse, especialmente cuando se trata de algo tan personal. Me inclino hacia adelante, mis manos entrelazadas sobre el escritorio mientras me preparo para hablar.

—La verdad es que... desde el primer momento en que Alessandro me ayudó en esa calle, sentí una conexión con él —digo finalmente, mi voz grave pero sincera—. No sé si fue la forma en que lo hizo, o el simple hecho de que estaba dispuesto a arriesgarse por alguien que no conocía, pero algo en él resonó conmigo.

Lorenzo me mira con atención, su rostro sin expresión, pero sus ojos muestran una chispa de curiosidad. Continúo, dejando que mis palabras fluyan libremente, liberando el peso que he estado llevando.

—Lo investigué después —prosigo—. Su vida no ha sido fácil. No tenía idea de que Luigi era su padre en ese momento. Al principio, solo veía a Alessandro como un joven atrapado en una vida miserable, alguien que merecía una oportunidad para algo mejor. Cuando descubrí quién era su padre, me di cuenta de que tenía una oportunidad de cambiar las cosas. No solo para mí, sino para él.

Lorenzo se recarga en su silla, sus manos entrelazadas sobre el escritorio mientras procesa la información. Parece estar evaluando mis palabras, tratando de entender la profundidad de mis sentimientos. Me doy cuenta de que estoy exponiendo una parte de mí que rara vez muestro, y es un alivio, pero también una carga.

—Acepté el trato con Luigi porque sabía que podía cambiar la vida de Alessandro —continúo—. Quería darle una vida mejor, alejarlo de esa miseria en la que estaba atrapado. No solo era una cuestión de pago o de deudas. Era una oportunidad para ofrecerle algo más, para darle una oportunidad de tener una vida digna.

Lorenzo finalmente asiente, su expresión aún reservada pero con una ligera nota de comprensión. Parece que ha captado la esencia de lo que estoy diciendo, aunque sigue siendo difícil para él aceptar que mis motivos eran más personales de lo que inicialmente pensó.

—Entiendo —dice finalmente—. Pero esto no cambia el hecho de que la situación es complicada. Tendrás que encontrar una forma de equilibrar tus sentimientos personales con las necesidades del negocio.

Su comentario es acertado y refleja la realidad de la situación. La verdad es que la conexión que siento con Alessandro ha complicado mi capacidad para tomar decisiones frías y calculadoras. Me he encontrado enredado en un conflicto entre mis deberes y mis emociones, y es una batalla que no puedo ignorar.

—Lo sé —respondo con un suspiro—. Pero no puedo simplemente dejarlo ir sin intentar hacer lo correcto. Haré todo lo posible para encontrar una solución que funcione para todos nosotros.

Lorenzo asiente con un gesto de aceptación, pero el peso de la conversación sigue presente en el aire. Me siento exhausto después de exponerme de esta manera, pero también aliviado por finalmente haber compartido mis verdaderos sentimientos. La conexión con Alessandro es real y significativa para mí, y no puedo ignorar eso, incluso si eso significa enfrentar desafíos adicionales.

—Haz lo que creas que es lo mejor —dice Lorenzo con un tono final—. Pero recuerda, el negocio siempre debe ser la prioridad.

Con esas palabras, Lorenzo se levanta y se dirige hacia la puerta. Me quedo solo en el despacho, la conversación aún reverberando en mi mente. A pesar de la complejidad de la situación, sé que debo encontrar una manera de reconciliar mis sentimientos personales con mis responsabilidades. Y mientras me enfrento a este dilema, lo único que puedo hacer es seguir adelante con la determinación de hacer lo correcto, tanto para mí como para Alessandro.

Sombras De PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora