Solo han pasado unos días desde la reunión, y ahora aquí estoy, en el parque donde se llevará a cabo la feria anual. Me encuentro sentado en el borde del parque, vigilando los preparativos. A mi lado están Mooch y François, ambos perros confiables, aunque con estilos muy diferentes. Los humanos están ocupados instalando los juegos, montando las carpas y preparando los puestos de comida. El ambiente está lleno de ruidos de martillos, voces y el crujido de las estructuras al levantarse. A medida que observo, el bullicio me parece cada vez menos emocionante. Antes, ver a los humanos preparar estas cosas me resultaba fascinante, casi mágico. Pero ahora... ahora solo veo trabajo, algo que tenemos que vigilar y estudiar para hacer el golpe más grande que cualquier perro callejero haya visto.
Mooch, que está a mi izquierda, se rasca la oreja y bosteza, claramente aburrido.
—Esto es un rollo, Marcas. Ni siquiera ha pasado nada interesante —dice con una expresión de hastío, mirando sin entusiasmo los preparativos.François, siempre más atento, lo mira de reojo y con su acento francés, responde en un tono serio.
—Mooch, debes estar atento, mon ami. Mientras tú bostezas, otros perros de las manadas están vigilando otros ángulos. No debemos dejar pasar nada.
François tenía razón, claro. En las otras esquinas del parque, perros de las otras manadas también vigilaban. Todos mantenían una mirada fija en lo que los humanos hacían, tomando nota de todo. Sin embargo, a pesar de la importancia del trabajo, no podía evitar sentir que algo faltaba. Había algo aburrido en todo esto, algo monótono. Habíamos vigilado antes, pero siempre había algún tipo de emoción. Ahora solo era esperar y observar a los humanos mover cosas de un lado a otro.
Suspiré, apartando la vista de las luces que comenzaban a encenderse alrededor del parque. El día estaba terminando y pronto caerá la noche. Sabía que todavía quedaba trabajo por hacer, pero mi estómago empezaba a recordarme que no habíamos comido en todo el día.
—Parece que esto va para largo —dije, estirándome un poco—. Será mejor que busquemos algo de comida antes de que oscurezca por completo.
Mooch se animó de inmediato, como si esas palabras fueran lo más interesante que había escuchado en horas.
—¡Me moría de hambre! —exclamó, poniéndose de pie de un salto.
François rodó los ojos, pero una pequeña sonrisa cruzó su rostro. Sabía que también estaba pensando en la comida. Así que, decidimos movernos por el parque, alejándonos de los preparativos de la feria y en busca de algo que llenar nuestros estómagos. Sabía que el trabajo serio aún no había comenzado, pero esta pequeña pausa antes del caos que vendría era, en cierto modo, un respiro necesario.
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Sí, Padre
FanfictionQué pasaría sí el plan de Mechas, para vengarse de Golfo, no hubiese sido permitir que un perrero capturara a Scamp sino algo mucho peor. Recordemos a Scamp, el hijo de Golfo y Reina, quien huyó de casa luego de estar harto de ser un perro casero, s...