"¡Hola, Junior!" Dije con una sonrisa en mi rostro mientras lo veía correr hacia mí. Al escucharme, sus ojos brillaron de emoción y gritó con alegría, "¡Scamp!" antes de lanzarse sobre mí para abrazarme. Me incliné un poco, permitiéndole rodearme con sus pequeños brazos, y en mi mente pensé, *Ojalá puedas entender lo que digo*. Aunque sé que no puede, siempre he deseado que pudiera.
Junior ahora tiene seis años y medio. A pesar de que ya habla y piensa como un niño humano normal, sigue sonriendo con la misma ternura cada vez que me ve, sin importar lo que su padre piense al respecto. En estos últimos tres años, he hecho de todo para poder visitarlo. Ya sea en el patio de su escuela o en la casa, siempre encuentro la manera de estar cerca. Y en esas visitas, Golfo, Reina y mis hermanas han sido mis cómplices. Siempre lograban distraer al humano, ya sea pidiéndole que los rascara o demandando su atención de alguna otra forma, permitiendo que Junior quedara a mi merced durante unos minutos.
A veces, sin embargo, las cosas no salían tan bien. Quien antes fue mi dueño, más de una vez, ha llegado a verme. Recuerdo una vez en particular, cuando finalmente logró mirarme a los ojos y, después de varios años, dijo con duda y sorpresa, "¿Scamp?". En ese momento, entendió que Junior no había estado inventando historias, que todo ese tiempo había estado diciendo la verdad.
Pero aún así, nunca comprendió por qué me fui. Y esa es la parte que me duele. Desearía que los humanos pudieran entender lo que decimos, que pudieran escuchar nuestras razones, nuestros pensamientos. Tal vez así, mi antiguo dueño comprendería que otros perros me necesitaban, que mi vida no podía limitarse a la comodidad de un hogar, por más hermoso que fuera. Pero eso, para ellos, siempre será un misterio.
Ahora, sentado en el patio con Junior, lo observo mientras juega. Golfo está adentro, probablemente cerca de la ventana, vigilando. Puedo verlo tratando de acercarse a mí. *Fue gracioso verlo venir hacia mí*, pensé con una sonrisa mientras, con un ágil movimiento, me alejaba antes de que pudiera alcanzarme.
Junior, como siempre, no se dio cuenta de la pequeña travesura. Y aunque cada vez es más difícil desaparecer sin que mi antiguo dueño me vea, estos momentos con Junior hacen que valga la pena.
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Sí, Padre
FanfictionQué pasaría sí el plan de Mechas, para vengarse de Golfo, no hubiese sido permitir que un perrero capturara a Scamp sino algo mucho peor. Recordemos a Scamp, el hijo de Golfo y Reina, quien huyó de casa luego de estar harto de ser un perro casero, s...