**¿De mí?** —dije, sintiendo cómo el suelo bajo mis patas parecía desaparecer. **¿Cómo puedes querer vengarte de mí, papá?**
Mechas me miró con una mezcla de dolor y amargura en sus ojos, los cuales nunca había visto de esa manera antes.
—**No tienes idea, Marcas. Tú... tú eres la razón de que esté luchando contra este dolor.**Me quedé en silencio, tratando de comprender, pero todo parecía confuso. **¿Qué demonios quería decir?**
—**¿A qué te refieres?** —pregunté, esperando una respuesta que aclarara todo, pero Golfo habló antes que Mechas.
—**Creo que sé a lo que se refiere** —intervino Golfo, con la voz calmada, pero seria. Me giré para mirarlo, sorprendido de que él pareciera tener respuestas.
Golfo respiró profundo, sus ojos se suavizaron al recordar.
—**Cuando dejé las calles y me fui con tu madre, Mechas estaba... dolido**. Aun así, solía visitarme. Hablábamos, y yo le dejaba comer de nuestra comida. **Le sugerí muchas veces que se quedara**, que dejara atrás la vida en las calles, pero él siempre decía que **esa era su vida**.
Al principio, aceptó que yo tuviera una nueva vida. Pero... —Golfo titubeó.
Mechas lo interrumpió, con la mirada fija en mí.
—**Y entonces apareciste tú** —dijo, y su voz sonaba cargada de reproche—. Tú y tus hermanas nacieron esa Navidad... y al ver a Golfo tan feliz, pensé que finalmente podría acercarme más a él, volver a ser como antes. Pero cuando lo intenté, **él me ignoró**.
Me quedé helado. Nunca había escuchado nada de esto. **Mi nacimiento... el momento en que supuestamente debía unir a todos, fue el que los separó aún más**.
—**Tú me quitaste a mi mejor amigo**, Marcas —Mechas escupió las palabras con una furia que no reconocía en él—. **Por eso fue que te recluté**. Al principio pensé en vengarme de Golfo, por haberme abandonado... y luego, **de ti**.
Las palabras golpearon mi mente como un martillazo. **No podía procesar lo que estaba escuchando**. Me había entrenado, criado, amado... y todo con la intención de vengarse.
—**¿Cómo pudiste...?** —murmuré, incapaz de mantener la compostura.
Mechas soltó una carcajada amarga.
—**Porque quería vengarme**, Marcas. De hecho, iba a dejarte el día que Angela se fue. Pero cuando te capturaron los perreros, **algo en mí cambió**. Recordé a Golfo... y entendí que, si iba a vengarme de verdad, **tenía que hacerlo mejor**.
El fuego alrededor de nosotros comenzaba a rodearnos lentamente, **las llamas creciendo en un círculo** mientras el calor se intensificaba. El humo me picaba en la nariz, pero no podía apartar la mirada de Mechas.
—**¡¿Por qué me hiciste esto?!** —le grité, lleno de rabia y confusión.
—**Porque cada vez que veía tus ojos, veía los de él**. Cada vez que oía tu voz, escuchaba la suya. **Te vi hacer todo lo que te enseñé... y cada vez me recordabas más a Golfo**. Mechas hizo una pausa, como si le costara seguir hablando, como si las palabras lo estuvieran desgarrando por dentro.
—**Por eso, una parte de mí comenzó a amarte** —dijo con una voz quebrada—. **Por eso te adopté como a mi hijo**. Pero, **otra parte de mí te odiaba**, porque no podía olvidar lo que Golfo me había hecho. Esa parte de mí no quería dejarte ir.
Mi mente era un caos. No sabía si odiarlo, si sentir pena por él, o si simplemente correr.
—**¿Por qué?** —le pregunté, mi voz temblaba por la confusión y la desesperación.
Mechas me miró fijamente, sus ojos llenos de una tristeza que no podía ocultar.
—**Porque eres la viva imagen de Golfo**. **El amigo que tuve de cachorro**... y **el hijo que he amado desde entonces**.
Sus palabras me golpearon en el corazón.
—**¿Entonces me amaste?** —pregunté, casi sin creer lo que estaba escuchando.
Mechas bajó la cabeza, el fuego reflejándose en sus ojos llenos de una mezcla de amor y odio.
—**Más que a nada en la vida**. **Por eso no podía soportar que aún sintiera ese amor**. **Por eso quería vengarme**, porque me recordabas cada día lo que perdí y lo que nunca pude dejar atrás.
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Sí, Padre
FanfictionQué pasaría sí el plan de Mechas, para vengarse de Golfo, no hubiese sido permitir que un perrero capturara a Scamp sino algo mucho peor. Recordemos a Scamp, el hijo de Golfo y Reina, quien huyó de casa luego de estar harto de ser un perro casero, s...