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Faltan solo dos días para la feria, y la emoción en el aire es palpable. Mientras observo desde el borde del parque, veo cómo los humanos corren de un lado a otro, terminando de instalar los juegos. Las estructuras se alzan majestuosas, con luces que todavía no brillan pero que pronto iluminarán el lugar por completo. Los grandes camiones repletos de comida llegan uno tras otro, estacionándose en el área designada mientras conectan refrigeradores y descargan lo que parecen ser interminables cajas llenas de productos. Todo está tomando forma, y siento una extraña mezcla de entusiasmo y responsabilidad.

A mi lado, Francois, Mooch y un perro de la manada de Bella, un beagle llamado Remy, están tan emocionados como yo. Remy, siempre inquieto y con una sonrisa en el hocico, no deja de menear la cola. "Esto va a ser increíble", dice Remy, observando cómo todo está casi listo. Francois, con su típico acento francés, asiente con un aire de sofisticación. "C'est magnifique", murmura, sus ojos brillando con anticipación.

Mooch, como siempre, parece tener un interés particular por la comida, mirando los camiones de cerca. "Espero que esos refrigeradores estén llenos de carne", dice, lamiéndose el hocico. Lo que no saben es que, aunque la feria promete ser emocionante, la tarea más importante para nosotros no es solo disfrutar de lo que ocurre. Tenemos un trabajo, y ese trabajo no puede esperar.

Mechas se acerca en ese momento, su expresión serena pero cargada de autoridad. Todos guardan silencio al verlo, sabiendo que lo que viene a decir es crucial. "La feria está casi lista", dice, mirando a todos con una sonrisa de satisfacción. "Pero lo importante no será vigilar desde lejos. Ahora es necesario conocer el lugar por dentro."

Mechas nos ha llevado hasta aquí, y todos confiamos en su liderazgo. Él se dirige hacia la gran bodega, donde se reúnen los líderes de las manadas y de los callejones. Allí, la discusión sobre cómo proceder es intensa, pero Mechas siempre tiene la última palabra.

"Esta noche", dice Mechas con voz firme frente a los otros líderes del callejón, "vamos a entrar. 

Debemos vigilar desde adentro, estudiar cada rincón. Saber dónde está la comida, cómo están distribuidos los juegos y, lo más importante, conocer las rutas de escape en caso de que algo salga mal". Su mirada recorre a cada uno de nosotros, asegurándose de que entendemos la importancia de la misión. "Cada paso debe ser meticuloso. Entraremos en grupos pequeños, y nadie, absolutamente nadie, debe ser visto."

El entusiasmo en el aire es innegable. Francois, Mooch y Remy parecen estar conteniendo la emoción, pero la idea de explorar el interior del parque por la noche es algo que todos hemos esperado. Las apuestas son altas, y el riesgo también lo es.

Mechas se gira hacia mí, sus ojos brillando con una mezcla de orgullo y alegría. "Marcas, ¿alguna duda?", me pregunta con una sonrisa.

Lo miro, pero la pregunta me pilla desprevenido. El recuerdo de lo que pasó el día anterior, de mi encuentro con Junior y su padre, todavía está fresco en mi mente. Pero aquí, entre los míos, parece que eso no importa. Mis acciones fueron vistas como insignificantes o quizás irrelevantes para el resto. Tal vez es mejor así. Lo que importa ahora es la misión que tenemos por delante.

"No, ninguna duda", le respondo, intentando parecer tranquilo.

Mechas asiente, satisfecho. "Esta noche empezamos la vigilancia desde adentro", dice, y los murmullos de emoción recorren el lugar.

Sí, PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora