Golfo me siguió entre la multitud, esquivando perros y personas con una agilidad que, por un instante, me hizo recordar lo que solía ser.
—Marcas, espera —su voz tenía un tono desesperado que nunca antes había escuchado. Me detuve, sorprendido, volviéndome para verlo. Y ahí estaba, pero no como lo recordaba. Su forma era más... perruna, más salvaje de lo que alguna vez fue. Me miraba con una mezcla de preocupación y urgencia.
—¿Golfo? —Mi voz salió más débil de lo que esperaba. Verlo me trajo una oleada de recuerdos que creía haber enterrado.
—Marcas, por favor, tienes que escucharme. —Golfo respiraba entrecortado, como si hubiera corrido kilómetros para alcanzarme.
Lo miré, confuso, pero no podía detenerme. **Mechas me necesitaba.**
—¿Qué quieres, Golfo? Mi padre necesita mi ayuda. —Mi voz se endureció al pronunciar la palabra "padre", consciente de cómo sonaba en sus oídos.
Golfo bajó la mirada por un segundo, sus ojos reflejaban un dolor que no esperaba ver. Aun así, con esfuerzo, continuó.
—Sé que quieres mucho a Mechas... —comenzó, pero no podía dejar que siguiera.
—¡Él ahora es mi padre! —lo interrumpí, con una firmeza que no pensé tener.
—Sí, lo sé... te adoptó. Pero tienes que escucharme, Marcas. Brutus... él ha preparado una trampa. —Su tono era serio, casi alarmante.
—¿Qué? —pregunté, sintiendo cómo mi cuerpo se tensaba ante sus palabras.
—Brutus estuvo con Junior y su dueño durante varios días... —explicó Golfo, y mi corazón dio un vuelco al escuchar el nombre de Junior. —Me pidió hablar conmigo. Me dijo que, por mi apariencia, le recordaba a alguien... Me dijo que soy tu padre biológico, Marcas.
El mundo se detuvo por un segundo. Las palabras de Golfo resonaban en mi mente mientras todo a mi alrededor se volvía borroso. ¿Qué estaba diciendo?
—Brutus tiene un plan para detener a todos los perros callejeros —continuó Golfo, interrumpiendo mis pensamientos. —Su idea es atraer a los perreros. Lo está haciendo ahora mismo.
—¿Cómo? —pregunté, sin entender del todo.
—Desde diferentes ángulos. Está organizando todo para que, cuando los perreros lleguen, todos los perros que vinieron aquí serán capturados. —La gravedad de sus palabras me golpeó como una bofetada.
Lo miré, sin saber qué sentir. **¿Por qué me estaba diciendo esto?**
—¿Por qué me dices esto, Golfo? —Mi voz sonó más insegura de lo que quería.
Golfo dio un paso adelante, con los ojos llenos de una tristeza que no podía ocultar.
—Porque aún te amo, Marcas. Y sé que todavía hay algo de ti, del viejo tú, en algún lugar. —Me miró fijamente, buscando algo en mí.
—¿Cómo lo sabes? —le pregunté, casi desafiándolo.
—Porque si no lo hubiera, no habrías dejado que Junior te abrazara esa segunda vez. —Golfo suspiró, observándome. —Yo los vi.
Mis ojos se abrieron de par en par. **¿Había visto eso? ¿Sabía cuánto me dolió dejar a Junior?**Golfo se acercó más, su voz casi un susurro ahora.
—Vamos, Marcas. Hay que alertar a Mechas.
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Sí, Padre
FanfictionQué pasaría sí el plan de Mechas, para vengarse de Golfo, no hubiese sido permitir que un perrero capturara a Scamp sino algo mucho peor. Recordemos a Scamp, el hijo de Golfo y Reina, quien huyó de casa luego de estar harto de ser un perro casero, s...