Desde mi punto de vigilancia, las vigas desnudas del edificio me daban una vista completa de lo que sucedía abajo. Los perros se dispersaban por las calles, saltando de un puesto a otro, atacando los establecimientos de comida y dulces. El caos era absoluto. Algunos perros robaban golosinas de las manos de los niños que lloraban, mientras otros se lanzaban sobre los vendedores que intentaban desesperadamente proteger sus mercancías. Todo estaba saliendo según lo planeado... o al menos, eso parecía.
A mi lado, Francois observaba la escena con una expresión que solo un perro como él podía mostrar: mezcla de desdén y decepción.
—*C'est tellement décevant,* —murmuró—. *Je voulais être dans l'action.*
Su frustración resonaba en mí.
—Yo también, Francois, yo también —respondí, compartiendo el sentimiento. Me sentía atrapado aquí arriba, observando todo, cuando lo que realmente quería era estar ahí abajo, entre ellos, participando.
Mientras continuábamos vigilando, algo captó mi atención: el espacio donde solían esconderse los perros de Brutus. No había visto a ninguno de ellos en acción. Al contrario, parecían estar aguardando... acechando.
Mis ojos se dirigieron a Brutus. Ahí estaba, inmóvil, con una mirada tranquila que no coincidía con el caos que lo rodeaba. Era como si estuviera esperando el momento exacto para moverse, para actuar. Al mismo tiempo, vi a Mechas dirigiéndose hacia la parte trasera, al lugar donde habían encontrado a Brutus por primera vez. Los humanos abajo estaban claramente confundidos, sin entender de dónde venían tantos perros ni qué estaba sucediendo.
Brutus no era el único organizándose; Mechas también lo hacía. Cada uno tenía un plan.
Mi pecho se tensó. No podía quedarme quieto. Tenía que hacer algo. Sabía que Mechas estaba en peligro si Brutus llegaba antes de que yo pudiera advertirle.
—¿A dónde vas? —preguntó Francois cuando vio que comenzaba a moverme.
Me detuve solo un segundo antes de responderle con la voz decidida.
—A alertar a mi padre.
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Sí, Padre
FanficQué pasaría sí el plan de Mechas, para vengarse de Golfo, no hubiese sido permitir que un perrero capturara a Scamp sino algo mucho peor. Recordemos a Scamp, el hijo de Golfo y Reina, quien huyó de casa luego de estar harto de ser un perro casero, s...