Cuando finalmente todos los perros de vigilancia yacían derrotados ante nosotros, me tomé un momento para respirar y observar a mi alrededor. El caos se había calmado, y el silencio era palpable. Vi a Mechas caminar lentamente hacia los perros caídos, sus ojos fijos en ellos, con una mezcla de sorpresa y decepción.
—**¿Cómo puede ser posible...** —comenzó a decir, sacudiendo la cabeza—, **que siendo tan grandes y fuertes desperdicien su poder en ayudar a los humanos?**
Los perros de vigilancia permanecían en silencio, sus cuerpos cansados por la pelea, y sus ojos fijos en el suelo. No dijeron una palabra. Mechas los miró con desprecio y soltó una risa fría.
—**Son mudos, ya veo.**
Pero uno de ellos, un mastín enorme, levantó la cabeza y, con voz grave, respondió:
—**No somos tontos, somos leales.**
Mechas se detuvo por un momento, casi sorprendido de que hubieran hablado. Luego, una sonrisa irónica apareció en su rostro.
—**¿Leales?** —se burló—, **¿A qué? ¿A la esclavitud?**
El mastín lo miró fijamente, y con una firmeza que no esperaba, respondió:
—**Al amor.**
La risa de Mechas fue aún más fuerte esta vez. No podía entender lo que esos perros estaban diciendo.
—**¿Amor?** —dijo, incrédulo—. **¿Sabes que los humanos solo te usan para proteger todo este botín, verdad? Toda esta carne... ¿Crees que les importas más que esto?**
Los perros de vigilancia permanecieron en silencio, pero vi algo en sus ojos. Había algo de duda, como si lo que Mechas decía hubiera tocado una fibra sensible en ellos. Pero aún así, no respondieron. Mantuvieron la cabeza baja, sus cuerpos tensos, pero no derrotados del todo.Mechas los miró con un desprecio renovado.
—**He visto a perros más grandes que ustedes esclavizados por los humanos. Los usan hasta que ya no les sirven y luego los desechan. Y mientras tanto, los perros más pequeños, los callejeros, se valen por sí mismos, sobreviven, son libres. ¿Y ustedes? Con toda su fuerza y tamaño, eligen vivir como sirvientes.**
El silencio continuó, pero pude ver la decepción en sus rostros. **Era como si nunca antes hubieran considerado lo que Mechas les estaba diciendo.**Mechas entonces se volvió hacia mí, sus ojos brillando con una intensidad feroz.
—**Recuerda esto, hijo mío.** —dijo con una voz baja pero firme—. **Esto es lo que abandonaste. Podrías haber sido como ellos, atado a los humanos, sirviéndoles sin recibir nada a cambio. Pero elegiste ser libre.**
Lo miré a los ojos, y sin dudar, respondí:
—**Sí, padre.**
Mientras los miraba de nuevo, una sensación extraña me invadió. **No era lástima lo que sentía por esos perros de vigilancia, sino decepción.** No podía entender cómo, siendo tan grandes y fuertes, elegían una vida de servidumbre en lugar de buscar su propia libertad.
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Sí, Padre
FanficQué pasaría sí el plan de Mechas, para vengarse de Golfo, no hubiese sido permitir que un perrero capturara a Scamp sino algo mucho peor. Recordemos a Scamp, el hijo de Golfo y Reina, quien huyó de casa luego de estar harto de ser un perro casero, s...