"Acto 5 – viernes 11 de noviembre 2016"
Giovanni
Recorrimos algunos puestos de artesanías, aunque no compramos nada, de algún modo era relajante y hasta recreativo ver las diferentes piezas de arte que hacen los artesanos de Tlaxcala, en verdad que es un estado muy infravalorado en el resto de la república.
Caminando un poco más por el recinto nos encontramos con una pista de hielo, el piso no era realmente de hielo, pero era una pista diseñada para poder patinar.
Entramos para probar un poco, en este momento le confesé que jamás en mi vida había usado patines así que no tenía ni idea de cómo hacer esto.
—Tu tranquilo yo te enseño, en años pasados he venido a la feria y esta atracción siempre está así que he aprendido a patinar —Después de ponerme los patines intenté ir a la pista, aunque me costaba demasiado, no podía mantener el equilibrio así que Vanesa me ayudó.
Me tomó de las manos y me sostenía para que no me cayera, hubo un momento en el que pude comenzar a ganar impulso, pero como apenas estaba aprendiendo no supe como frenar e inevitablemente caí dándome un golpe tan fuerte que sentí todo el dolor recorrer cada parte de mi cuerpo.
Decidí rendirme y dejarlo por ahora, sin embargo, me quedé para ver a Vanessa disfrutar de la pista, me gusta verla alegre, se notaba que disfrutaba estar aquí.
Mientras esperaba otros compañeros de nuestro grupo comenzaron a llegar y también comenzaron a patinar en la pista, de entre esos compañeros veía Dalila junto a Beatriz y Elizabeth.
Dalila
Explorando el recinto nos encontramos con un puesto que vendía algunos folletos con mapas de las atracciones de la feria, echándole un vistazo al mapa nos llamó la atención la pista de hielo.
—¿Ustedes saben patinar? —Les pregunté a las chicas.
—Para nada, aunque si me enseñan estoy segura de que si aprendo —me respondió Elizabeth.
—Puedo enseñarles, todos los años en navidad mis papás me llevan a la explanada de Puebla donde se pone una enorme pista de hielo, yo puedo enseñarles —Al final logré convencerlas para ir y solamente nos desviamos para comprar algo de comer.
En una tienda vendían sándwiches así que aprovechamos y compramos de comer.
—Me alegra que por fin podamos comer algo, moría de hambre —Dijo Beatriz.
—Ahora con el estómago lleno deberíamos pensar cómo ayudar a Dalila —Miré un poco extrañada a Eli.
—Te lo dije, tienes que hacer algo con ese sentimiento tuyo y que se joda todo el mundo, tu amas a una persona y eso es lo que te debe importar. Yo pienso que si quieres cambiar algo tienes que actuar y no esperar a que todo suceda —Ya sé de lo que habla y estoy pensando en alguna forma de evadirlo.
—Pero ya te dije que el ama a alguien más... —Rápidamente respondió.
—Lo único que escucho son excusas, te dije que tu mereces ser feliz y si no dejas salir este sentimiento jamás lo serás, has estado guardando esto desde hace meses así que debes hacerlo hoy —Estaba comenzando a sentirme un poco mal por lo que dijo, quiero hacerlo, pero sé que no debo.
—Eli por favor dale un poco de espacio, no tienes que obligarla, estas cosas deben salir del corazón cuando el momento lo amerita, si fuerzas a decir algo que sientes las cosas solo pueden ir de mal en peor, nadie más que ella conoce sus sentimientos así que ella es la única persona que puede elegir lo mejor —Elizabeth se disculpó por actuar de manera tan irrespetuosa conmigo y prometió no volver a entrometerse.
Al final partimos hacia la pista de patinaje y nos encontramos con Giovanni y Vanessa, después de lo que pasó con Eli no puedo verlo a la cara, me da miedo que el finalmente se entere de esto.
Por ahora creo que solo debo fingir, no le hice mucho la plática y rápidamente fui por unos patines para despejarme un rato dando vueltas, olvidé que le tenía que enseñar a mis dos amigas a patinar, pero primero quería poner en orden mi mente antes de hacer algo más.
Como Vanessa estaba en la pista aproveché para hablar un poco con ella, dimos algunas vueltas alrededor de la pista y solamente conversamos de cómo nos estaba yendo.
Ella y yo tenemos un acuerdo, pero no quise tocarlo porque hoy es el día en el que todo sucederá y juré que si eso pasaba yo no iba a intervenir.
Al final ambos se despidieron de nosotros ya que iban a seguir dando un recorrido por los alrededores, son la 1 de la tarde y solo quedan unas 7 horas para que el recorrido termine, los vi alejarse mientras daba un enorme suspiro, vi que un compañero comenzó a ayudar a Eli y a Beatriz por lo que me puse mis audífonos y con un poco de música comencé a patinar esperando a que el tiempo pase.
Giovanni
Beatriz nos regaló un mapa con las atracciones principales de la feria así que para variar un poco fuimos al Patronato Tlaxcala, es un auditorio dentro del recinto en el que todos los años se colocan diferentes exposiciones artísticas, así como la venta de artesanías, aquí no solo venden cosas de origen tlaxcalteca si no que artesanos de diferentes estados y países vienen a vender sus obra.
Para subir al patronato hay que ir por una pequeña explanada, en la entrada hay unas letras enorme que forman la palabra "Tlaxcala" las letras tienen el tamaño de una persona adulta por lo que muchos aprovechan para tomarse una foto con el letrero enorme.
Entrando al auditorio comenzamos a ver diferentes carpas en las que se vendían una enorme variedad de dulces tradicionales, compramos unas palanquetas y una pequeña caja de camotes dulces para comer mientras recorríamos por las diferentes exposiciones.
En una de ellas un señor hizo una demostración de unas esculturas de aves, el señor comentaba que las esculturas tenían agua en su interior y que al inclinarlas un poco se escuchaba el canto de un ave.
—El paso del agua por los conductos de la escultura puede emular el sonido de un ave, estas esculturas se solían hacer para celebrar ceremonias religiosas en el antiguo imperio inca, pese a que con el tiempo se ha perdido la costumbre de realizar estas esculturas aún existimos algunos artesanos peruanos que nos dedicamos a compartir esta belleza con el mundo —El señor nos hizo una demostración con algunos silbatos de colibrí los cuales al usarlos hacen un pequeño canto que representa el sonido de dicha ave.
La vasija que más me impresionó fue la de un zorro, cuando el señor inclinó la estatua se escuchó el sonido de dicho animal, estaba maravillado con las diferentes vasijas que el señor había diseñado sin embargo no compramos nada ya que eran bastante caras.
Vanessa se separó un momento mientras yo miraba otros puestos comiendo los dulces que compré, en verdad que hay cosas hermosas en el mundo que creo jamás terminaré de ver.
Terminamos de ver la exposición y finalmente decidimos salir hacia afuera, miré el reloj y vi que ya eran las 2:00 de la tarde, en verdad nos tomamos nuestro tiempo explorado la zona, en el fondo yo solo pensaba en una sola cosa y era que tenía que decirle a Vanessa lo que siento.
Ese momento iba a ser ahora mismo.
—Vanessa ¿Podemos hablar un momento?
ESTÁS LEYENDO
Tu Falso Amor Parte 2: El mundo termina sin ti
Teen FictionDos meses han pasado desde la graduación y ya es momento de entrar a la preparatoria. La vida tiene sus complicaciones y esta vez es momento de enfrentarla directamente, problemas emocionales comienzan a aparecer y Giovanni iniciará un viaje hacia l...