Capítulo 54: Escape II

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"Acto 3 – miércoles 16 de septiembre 2015"

Nos quedamos dormidos por un buen rato, cuando desperté seguíamos tomados de las manos, ella se ve tan tierna dormida, casi por instinto aparté un poco de cabello de su rostro y entonces abrió lentamente los ojos dándose cuenta de cómo la observaba.

—Nos quedamos dormidos ¿Verdad? —Dijo mientras se tallaba los ojos con la otra mano, pensé que me soltaría, pero solo me sujetó con firmeza.

—¿Deberíamos regresar? —Dije en voz baja, se sentó a mi lado colocando su cabeza en mi hombro.

—¿Y si nos quedamos un poco más? —Sus palabras me emocionaban y ponían con los nervios a todo lo que daba.

—Me gusta este lugar, creo que está bien para mi —Mi respuesta fue algo fría pero no quise ser tan directo, giré un poco la cabeza para verla al rostro y ella se movió para mirarme también, nos vimos unos segundos y pasó lo que no me imaginaba, pero deseaba con ganas, poniendo su otra mano en mi mejilla me miró sin decir palabras.

La miré y perdiendo el miedo acerqué mi rostro poco a poco, entrecerramos los ojos y justo antes de besarnos mi teléfono comenzó a sonar, pensé que esto iba a arruinar el momento, acelerando todo ella acercó sus labios a los míos y nos dimos un beso.

Podía sentir sus nervios, pero no dejaba de hacerlo, puse mi otra mano en su cintura y continuamos besándonos sin importarnos nada, me dejé caer sobre el pasto de nuevo y ella me siguió sin separarse ni un poco de mi rostro.

Puse mi mano en su cintura y seguimos besándonos un rato más, nos separamos un poco solo para que ella pudiera decir:

—Me alegra saber que no soy la única que quería esto.

—Supongo que no podía ocultarlo más —Nos reímos juntos un poco, pero regresábamos en lo que estábamos y nuestros besos siguieron por un rato más.

Dalila

El festival había llegado a su fin y era momento de levantar todo, no puedo creer que las cosas siguieron sin ellos dos, ahora debo cargar con sus mochilas hasta casa, la empresa que rentó las mesas se encargaría de recoger todo así que nos dieron el visto bueno para regresar a casa, tome las cosas y me fui, al ir por la entrada este chico llamado Sergio se me acercó y se ofreció a ayudarme con una sonrisa.

—Oye llevas muchas cosas ¿Quieres que te ayude? —Me dijo sonriente a lo que acepté ya que yo sola no podría llegar a casa. Conversamos un poco de cosas bastante simples, me contó un poco de él y era un chico agradable, pero era obvio lo que quería.

—Sabes me preguntaba si un día de estos te gustaría salir a tomar algo, conozco un lugar que vente unas buenas micheladas —Me sorprendió que a nuestra edad conociera sitios para ir a tomar.

—Lo siento, no tomo alcohol, soy más de ir a cafés o lugares para relajarme un poco.

—Oh ya veo, bueno es una lástima creo que ir por una miche es más divertido que sentarte en un aburrido café sabes —Ahí si me molesté porque estaba juzgando algo que a mí me gusta, decidí quitarle las cosas e irme sola el resto del camino.

—No quiero problemas, regrésame las cosas, finjamos que esta conversación no acaba de ocurrir y continuemos hablando otro día. Por cierto, el alcohol me da asco. Se quedó ahí parado sin saber que decir, pero yo seguí mi camino, era obvio que nuestros gustos son distintos, yo no suelo juzgar a las personas por las cosas que les gustan, pero si ellos si lo hacen conmigo, bueno supongo que puedo dejar de respetarlos.

Seguí sola hasta casa, justo al encontrarme en el centro un recuerdo vino a mi mente como por arte de magia, ya han pasado casi dos años desde que la fiesta del pueblo ocurrió y bueno en aquella ocasión vine con Giovanni, han pasado muchas cosas desde ese entonces y me siento un poco extraña, pero a pesar de eso me gustaría estar aquí de nuevo con él.

Ha sido un buen recuerdo y creo que hace un poco de falta para reponerme de todo esto, quizás la próxima vez que lo vea le diga que vengamos, en ese entonces me daba bastante pena invitarlo porque me gustaba, pero ahora creo que podemos salir como buenos amigos.

Como han cambiado las cosas, creo que este es el momento en el que me pongo reflexiva y pienso en todo lo que he hecho y lo que debería dejar de hacer, por ahora esperaré a que Fer regrese de su viaje, no puedo creer que me haya quedado tan cerca del puntaje necesario.

Creo que lo llamaré, no me ha mensajeado en un buen rato y debo regañarlo por eso, mira que ignorar a su propia novia.

Ya estaba por llegar a casa hasta que una voz gritó mi nombre.

—Dali, que bueno que te alcanzo, verás estaba cerca de irme, pero quiero ver a Giovanni hoy, me preguntaba si podrías llevarme a su casa.

Giovanni

Vanessa y yo venimos caminando tomados de la mano, quedamos en que al regresar al camino principal íbamos a soltarnos e íbamos a regresar a nuestra amistad de todos los días, aunque ambos sabemos que las cosas entre los dos han cambiado para siempre.

Mientras caminamos juntos sigo pensando en si ella podrá dejar a su actual novio por mí, quiero decir, con esto me ha quedado claro que ella siente lo mismo que yo, pero aún no sé por qué no quiere que sigamos con esto.

—Giovanni... ¿Esto es correcto? Lo que hicimos ¿Crees que fue bueno? —Sentí como presionaba mi mano con más fuerza y yo solamente guardé silencio.

—No sé si esto sea lo correcto o no, pero... Se que me gustaría intentarlo contigo si estás de acuerdo.

—Has sido un amigo agradable y siento que puedo confiar en ti, por eso es qué lo haré... Dejaré a mi novio porque quiero estar contigo y quiero que tú me puedas amar —Nos miramos e inevitablemente nos besamos otra vez.

—Este fin de semana me veré con mi novio, terminaré con él y entonces podremos estar juntos —La abracé y le dije que tome el tiempo que necesite, caminamos el resto del camino y ya no nos importó que nos vieran, queríamos estar juntos.

Pensé que me iba a despedir de ella al llegar a su casa, pero me pidió esperarla unos minutos.

—Espera, saldré a hacer unas compras al centro y me gustaría que me acompañes —La esperé a que saliera y entonces caminamos nuevamente por las calles, para mi sorpresa ella me tomó de la mano otra vez y solo sonreímos.

Las cosas estaban saliendo tan bien y tan perfecto que era cuestión de tiempo para que algo anduviera mal, siempre he tenido la mala suerte de que todo lo que va bien se acaba rápido por que algo sucede de por medio y las cosas se terminan arruinando.

Las cosas salieron mal en el momento que llegamos al centro y nos encontramos a Dalila hablando con Heymi, en ese momento ella solo nos miró y se acercó para darme una bofetada tan fuerte que inevitablemente me hizo derramar algunas lágrimas por el golpe.

—¿Algo te estaba pasando? ¡Me estaba muriendo de la preocupación por ti y me estabas engañando con otra! —Vanessa miró el estado tan ridículo en el que me encontraba, pero eso no le importó, se limitó a decir.

—¿Cómo que engañando? Giovanni... ¿Quién es ella?

—Me llamo Heymi y era la novia de Giovanni, debí hacerle caso a Rod... Resulta que todos los de este asqueroso pueblo son iguales —La cara de Vanessa era de horror al verme.

—Me tengo que ir —Se dio la vuelta y comenzó a correr alejándose del lugar.

—¡Y tú! No puedo creer que confié en ti, pensé que ibas a ser una amiga de confianza, pero me engañaste... En lo que a mi concierne los dos se pueden ir al infierno, no quiero saber de ustedes jamás —Se fue del lugar mientras Dalila me miraba decepcionada.

—No tengo nada que decirte, no te odio, pero te dije que tenías que hacer lo correcto, ten tus cosas, hablaré con Vanessa para regresarle las suyas, vete a casa y ordena tus ideas tienes mucho que arreglar —Dejó mi mochila a un lado de mí y me quedé sentado unos minutos en una de las bancas del centro, las cosas empeoraron por mi culpa y por querer jugar a ambos bandos... Ahora no solo lastimé a una chica inocente, perdí a la persona que me gusta...

Tu Falso Amor Parte 2: El mundo termina sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora