Tu Falso Amor Parte 2: El mundo termina sin ti

Capítulo 95: Una última charla

"Acto 5 – En algún momento del tiempo"

—No juegues Dalila es nuestra mejor amiga —Sorprendido le grité que no bromeara con eso, me levanté preguntando en dónde estaban sus cosas.

El uniforme que tenemos y lo de los exámenes finales me daba a entender que estamos en los últimos momentos de secundaria ¿Acaso regresé? ¿Esta es una segunda oportunidad y todo fue un sueño?

Salí corriendo del salón mientras miraba por todos lados esperando a encontrarla, esto es una broma, esto tiene que ser una broma, me pellizqué el brazo esperando a sentir el dolor y para mi sorpresa en efecto, el dolor se sintió en mi brazo.

Podía tocar todo y todo se sentía tan real, el metal del barandal en el pasillo, tocar el suelo mientras bajo rápidamente, todo se siente tan real y esto no puede ser un sueño.

Seguí corriendo y en el pasillo me topé con Alejandra y Diana, les pregunté por Dalila, sorprendidas me preguntaron si acaso yo la conocía, esto no puede ser... Pregunté de nuevo si la habían visto y Alejandra solo señaló hacia el patio diciendo que no se hablaban desde hace tiempo pero que la había visto caminando cerca del patio de atrás de la escuela.

Corrí lo más rápido que pude intentando encontrarla, miraba por todos lados, buscando un rastro de ella hasta que algo me dijo que girara la cabeza, me pareció verla de espaldas caminando al lado de alguna compañera o eso supongo yo.

Corrí de nuevo y estando cerca de ella grité ¡Dalila espera! Todos alrededor se me quedaron viendo demasiado rato y parece que todos se hicieron a un lado, había muchos estudiantes viéndonos, quizás esperaban algún tipo de confesión de amor o algo por que guardaban silencio murmurando entre ellos.

Al darse la vuelta vi sus ojos, esos ojos verdes que desde hace tiempo no había visto, era tal y como la recordaba en la secundaria, el silencio se estaba haciendo incómodo, me acerqué rápidamente para abrazarla, pero ella dio un paso hacia atrás.

—¿Te conozco? —Vi la expresión de confusión en su rostro, ella me estaba preguntando eso de verdad.

—Pero si somos amigos... ¿Esta es una broma? —Me miró fijamente, pero dijo al momento que jamás me había visto.

—Esto no es posible —Dije en mi mente pensando en cómo enfrentar esta situación ¿Qué rayos significa esto? Dalila junto a su amiga que al momento me di cuenta de que era Abril me miraban extrañadas.

—Lamento haberlas molestado —Me di la vuelta para caminar de regreso al salón, todos regresaban a hacer lo que estaban haciendo y las voces de los estudiantes se escuchaban por todos lados.

Algunos murmuraban por mi "rechazo" y lo raro que fue el momento, pero creo que todo quedará en el olvido pronto, estaba por subir las escaleras para regresar al salón y tras subir el primer escalón una voz me llamó.

—¡Espera! —Giré la cabeza para ver a Dalila parada a un par de metros de mí.

—Quería preguntarte quién eres tú y por qué me conoces, no pareces ser un chico de esos acosadores, aunque es extraño porque nunca nos hemos visto —Muy apenado le pedí unos minutos para hablar con ella, iba a contarle algo que seguramente no creería.

Caminamos hasta el taller de electricidad de la escuela, este lugar siempre ha sido bueno para hablar con alguien, después de todo en este mismo lugar me han pasado muchas cosas, quizás eso haga que ella recuerde todo.

—Antes de que siquiera pienses en hacer algo quiero decirte que mi amiga Abril nos está viendo desde aquí y si te atreves a hacerme algo ella vendrá a golpearte personalmente —Le aclaré que no quería hacer nada de eso solo quería explicarle como la conozco.

Fue entonces que comencé con toda la historia que había vivido, le dije todo lo que sé de su vida y el nombre de sus padres, el nombre de su chofer y hasta el nombre de su novio.

Asombrada me dijo que como conocía todo eso, ella siempre es cuidadosa con la gente y muy pocos conocen esa información —Ni siquiera abril conoce el nombre de mis papás.

—Hay algunas cosas que no puedo decirte, quizás eso te afecte demasiado —Me senté en el piso esperando a que ella creyera al menos una cosa de todo lo que dije.

—No te preocupes sea lo que sea puedo escucharlo, lo que me estás diciendo es bastante interesante y ahora tengo muchas más preguntas así que no vas a dejarme así, quiero escuchar todo.

—Te lo resumiré un poco, en el futuro tendrás un accidente de auto donde tu novio Fer, Jaime y tu papá Eduardo perderán la vida, después de eso llegarás a la misma preparatoria donde yo estoy estudiando y después de un accidente que yo sufrí tu terminarías por quitarte la vida saltando del techo de tu casa —Vi su rostro el cual estaba lleno de lágrimas por lo que estaba contando, entre sollozos ella me pidió terminar la historia.

—Nos dejaste una carta despidiéndote y entonces no volvimos a saber de ti ni de tu mamá, tengo entendido que solo quedaron ustedes dos, pero ni siquiera Mónica o Sofía que son tus mejores amigas del "futuro" supieron darme información.

—¿Qué hay de ti? Siento demasiado dolor en tus palabras ¿En verdad yo fui tan importante para ti? Además ¿Hablas de Fernando el hijo de Javier? Lo he visto algunas veces, pero jamás tendría una relación con él, sería incómodo porque su papá es el chofer de mi familia, no lo digo de modo despectivo solamente... Bueno estoy segura de que tú me entiendes, parece que en verdad me conoces bien, pero enserio dime que pasó contigo, por algo estás aquí.

—Tras unos problemas con mi familia yo también decidí quitarme la vida, vi como todo se oscureció y de pronto me encontraba aquí, 3 años antes de todo lo que va a suceder, me arrepiento de haberlo hecho, dejaré solo al pequeño pantalones, es un gato siamés que tú y yo rescatamos de unos perros, terminamos con mordidas, pero lo salvamos y juntos lo cuidamos a ti te encantan los gatos ¿O me equivoco?

—Si... Los adoro y comienzo a creer que todo lo que me dices es verdad...

—Habíamos entrado juntos a un curso de repostería en la prepa, saliendo de la escuela solías ir a mi casa y juntos preparábamos de comer y hacíamos nuestras tareas, tú me habías impulsado junto a Manuel para entrar a la universidad, juntos entraríamos a la carrera de gastronomía —Creo que esto terminó de darle veracidad a mis historia a sus ojos porque ella me confirmó su gusto por la cocina y sus planes para el futuro.

Me levanté de mi lugar para agradecerle por su tiempo ella me dijo que no había problema y que pese a todo no parecía ser una mala persona.

—Si quieres que hablemos otro día puedes buscarme en el receso, yo puedo escucharte sin problema —Le agradecí por su amabilidad, ya estaba bajando las escaleras y su voz me hizo girar la cabeza para verla.

Todo cambió cuando me di cuenta de que en vez del uniforme blanco que ella tenía ahora estaba usando un bonito vestido blanco que le llegaba un poco más abajo de las rodillas.

Su forma de hablar también cambió y sus palabras ahora sonaban como la Dalila que siempre he conocido.

—No tienes por qué preocuparte, no tienes la culpa de nada y aunque yo no esté no tienes por qué detenerte —Caminó hasta mí y me dio un abrazo.

Susurraba que todo iba a estar bien y que ya era momento de regresar, mi tiempo en este lugar se había acabado y yo aún tenía cosas por terminar.

Abrí los ojos para ver el techo del hospital, no podía mover el cuello pues tenía puesto un collarín y aparte el dolor era inmenso, una enfermera me vio abrir los ojos y se acercó para decir que les hablaría a mis familiares.

Reaccioné al ver la realidad en la que me encontraba y mi ojos se llenaron de lágrimas, solo quería descansar de una maldita vez y me arrebataron hasta eso...

Vi a mi madre entrar a la habitación y supe que esto solo se podía poner peor.