29.07.22
A María Felicitas.
¿Sabes? Te extraño.
Te extraño con cada célula de mí.
Estoy segura de que mi rodilla izquierda no dolía tanto hace media hora y estoy segura de que ese dolor es por ti.
Cada parte de mí te echa de menos.
Porque desearía tenerte conmigo en este momento.
Tal vez si estuvieras aquí, los lazos familiares serían buenos.
Tal vez si estuvieras presente nos dirías como salir de los problemas en los que siempre caemos.
Y hay una parte de mí que sabe que si estuvieras aquí sería más feliz.
No que no lo sea, pero mi felicidad sería duradera porque no sabría cómo se siente perderte.
Si estuvieras aquí agradecería tu presencia en mi vida porque ahora sé lo que es estar realmente agradecida.
Y estoy feliz de haberte conocido porque eres parte importante de mi vida, pero maldita sea, duele no tenerte.
Duele saber que nunca voy a volver a verte.
Y sé que parte de la vida es dejar ir, pero ¿cómo puedo hacer eso si tú puedes seguir aquí?
Viéndome cumplir mis metas.
Observando como decaigo cada vez que pienso en ti.
Viendo como me levanto para ponerte orgullosa, aun pensando en todo lo que no te pude decir.
Me arrepiento de no estar contigo antes de que todo pasara.
Me arrepiento de pensar que no era nada.
Lamento haber dado por sentado que estarías bien y haber asumido tu presencia como permanente porque ahora lo único permanente es mi dolor.
Mañanas sin verte, día tras día sin sentir remordimiento... ahora es lo único que siento.
Tu ausencia dejó un hueco que mi mente no entendía por qué tú volverías, tenías que hacerlo, era la única respuesta lógica, siempre lo hacías, aunque no supiera como era perderte realmente.
Ni siquiera recuerdo cómo llegó la noticia, solo sé que un día ya no estabas y entendí que las llamadas cambian vidas de repente.
Había lágrimas, confusión, familia recién llegada, pero era tarde.
Ni un adiós pude decirte.
Ni un te quiero reciente te acompañó a la tierra el día de tu entierro, pero te juro que te quiero.
Te quiero de tantas maneras y daría lo que fuera para tenerte de vuelta.
Un segundo más contigo vale todo lo que llegaré a poseer.
Recordar tu voz y tu rostro serían las memorias más sagradas si tan solo aún formaran parte de mi ser.
Y tal vez no te quería lo suficiente porque ahora, años después, no sé cómo sonaba tu voz o cómo lucía tu cara.
No sé cuál era tu comida favorita ni cuántos años tenías.
No sé tu historia completa, y todos los días me cuestiono si realmente te conocía, pero te juro que te quiero y te recordaré por toda mi vida.
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Cartas sin destinatario y otros poemas
PoetryUn poemario que incluye algo de prosa poética, escrito desde el 2022 hasta agosto del 2024, ordenado por fechas. Trata temas como el amor, el desamor, la muerte de seres queridos, crecer para ser un adulto, amistad, entre otros. Hay algunos poemas e...