Metamorfosis cromática.

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16.10.22


Y mis sueños que en primavera habían sido verdes brillantes, llenos de esperanza, ahora cambian lentamente de color.

Mientras más se acerca el invierno, más opacos se vuelven.

Los tonos cafés, rojos y naranjas se hacen espacio, arrebatando el lugar de los antiguos, sin permiso, sin siquiera preguntar.

Se secan más cada día lentamente y, aunque parezca bello para aquellos que lo ven desde fuera, para esos que solo pasan a un lado sin preguntar siquiera si me encuentro bien y asegurando que es normal, yo soy la que sufre la desaparición de mis colores originales.

Cada minuto siento como van partiéndose en las orillas.

Veo como van cayendo lentamente al suelo y como cada individuo que pasa disfruta de su sonido al fragmentarse sin pararse a pensar si alguna vez pertenecieron a un tronco, que antes eran importantes para alguien.

Si eran esa pequeña parte que permitía seguir adelante y que vestían mi vida de esperanza.

Solo pasan por encima disfrutando de la destrucción que producen sus pies descuidados en cuanto pasan.

Soy consciente que la próxima primavera volverán a brotar nuevos sueños que adornaran mi triste y solitario tronco con sus bellos colores verdes, pero una parte, pequeña, casi invisible, se pregunta si no es más fácil rendirse.

Sé que esos nuevos sueños volverán a secarse en otoño y desaparecerán totalmente en invierno.

Nadie los recordará.

Ni siquiera yo que fui quien los produjo.

Parece mil veces más sencillo dejar de pensar en nuevos sueños y secarme totalmente hasta el fondo de mis raíces si lo único que me espera es un destino implacable, depresivo, lleno de desilusiones.

Y aunque quiera rendirme cada mes de invierno, siempre está esa diminuta gota de agua que me mantiene con vida.

Dulce alivio y salvación de todos los días.

Fresco manantial que impide mi caída.

Cuida de mi salud esperando que la próxima primavera reviva con mis colores alegres.

Sabe perfectamente que esa parte del año donde no tengo razones para seguir es solo una parte de mí que siempre puedo superar.

No me deja.

No me abandona, aunque me vea totalmente destruida.

Sabe que saldré de esa situación y que cuando brille nuevamente impactaré a cada persona que me ponga atención. 

Cartas sin destinatario y otros poemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora