Homesick inverso

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3.07.23


Hoy es el último día en el que estoy lejos de mi casa.

Una semana se pasó volando como si no quisiera formar parte de la historia de mi vida y no hubo forma de hacer que se quedara.

No es que quiera quedarme más porque hay cosas que son mejores en mi hogar, pero... Tengo el sentimiento de que al regresar voy a extrañar más este lugar de lo que extrañé mi casa al estar lejos.

Puedo sentir la melancolía que sentiré por las paredes de este hotel colándose lentamente mientras se acerca la hora de partida.

Mientras mis pies suben los cuatro escalones del camión y el paisaje me dice adiós en una fugaz despedida.

La culpa por sentir más apego a un hotel cualquiera llega sin permiso porque creo que esto significa que no tengo un hogar, un lugar donde pertenezca y por el que mi alma clame al no estar cerca.

Solo tengo una casa.

Una casa con paredes y puertas que me brindan un techo para protegerme del mal temperamento del tiempo, pero ese sentimiento de añoro inacabable no lo siento.

Creo que nunca lo he hecho.

Cartas sin destinatario y otros poemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora