02.11.2023

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A María Felicitas.


Hace un año o dos, desee que tu existencia se borrara eternamente.

Que todo lo que fuiste, incluso tu alma, se eliminara de cualquier plano de la vida y mi mente.

Desee con todas mis fuerzas que no hubiera manera de volver a verte porque duele.

Duele saber que de alguna manera sigues aquí y que puedes verme, pero yo no a ti.

Saber que hay un punto en el que nos volveremos a ver, pero no hoy, ni mañana y posiblemente no en un par de años, hace que mi corazón quiera dejar de latir.

Pero hoy hay algo diferente y aunque mi alma sigue en pena desde el día que dejaste la tierra, espero estés cerca.

Espero que este día tengas una manera de volver y ver las partes felices de la familia que formaste.

Que puedas ver cómo han crecido los niños que, prácticamente, criaste.

Espero estés orgullosa de los que ya somos un intento de adultos y que te salten lágrimas de felicidad con lo rápido que crecen los más pequeños.

Espero que lo que queda de ti se alegre de ver a tus hijos, sanos y contentos y que estés reunida por fin en el cielo con mi abuelo.

Espero que no nos tengas rencor por todas las cosas malas que hicimos y que te lastimaron de alguna manera.

Y espero, con todo mi corazón, sentir el calor de un abrazo tuyo el día de hoy y que sepas que no hay nada en este mundo que pueda hacer que yo te deje de querer.

Cartas sin destinatario y otros poemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora