Corazón remendado.

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Tengo un corazón como el de nadie más.

Tengo un corazón que ha sido cocido con palabras.

Un corazón que se mantiene unido con abrazos.

Un corazón que tiene cinta alrededor de todo su diámetro.

Tengo un corazón que siempre busca despegarse de mi pecho.

Un corazón que se detiene al doler.

Tengo un corazón que duele siempre, con heridas permanentes.

No quiero cambiarlo, quiero esos agujeros y partes faltantes.

Quiero la fisura que se hizo al saber que no hay amor romántico en mi interior.

Y voy a mantener el moretón que yo misma cause al "enamorarme".

Quiero mi corazón que se cae a pedazos y no quiero que nadie lo repare.

Mi corazón sirve.

Mi corazón ama.

Mi corazón sigue latiendo pese a que está rodeado de hilos sueltos porque nadie me dio clases de costura en ningún momento.

Las partes que hacen falta no están perdidas, yo sé donde están.

Yo sé perfectamente qué persona se robó la pieza superior derecha.

Y quién tiene su esquina inferior.

Yo sé quién lo cortó por un costado.

Y sé perfectamente a quien le di una parte de él sin renegar.

Y no, no las quiero de regreso porque no me hacen falta.

Tengo un pedacito del corazón de mi madre que une al mío por la mitad.

Tengo una esquina de mi mejor amiga.

Cada latido que sacude mi cuerpo tiene una razón y existe gracias a la gente a mi alrededor.

No quiero el corazón con el que nací, ahí no había nada.

Quiero el corazón herido, cortado a la mitad como con cincel y que yo misma remendé.

Amo mi corazón y el amor que tiene dentro.

Amo no sentirme triste por las partes que se quedaron en otro tiempo.

Amo tener un pedazo del corazón que tenía a los diez, quince y diecisiete años.

Amo que mi corazón de dieciocho, casi diecinueve, esté hecho pedazos y que se mantenga junto con todo mi esfuerzo.

Y amo que las costuras siguen ahí pese a que el hilo es viejo y a que aprendí a coser sin querer queriendo.

Cartas sin destinatario y otros poemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora