Best friends to lovers.

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11.04.24


Desde la primera vez en que nuestras almas escondidas tras ventanas se encontraron en espacios llenos de extrañeza, me convencí de que estamos destinados.

Porque te leo con la sencillez con la que se lee un cuento de niños.

Y de alguna manera tú tiraste todas mis barreras para llegar a mi confianza como si fueran un fuerte de almohadas.

No puedo evitar contarte mi día completo como noticiero y lo más raro de todo esto es que tú no me haces querer parar.

Me animas a ser la versión más real de mí, con risas sin sentido, anécdotas raras, gritos por libros y la necesidad de apartarme del mundo contigo.

Me haces sentir que no te quito el tiempo, que no te abrumo, que cuando dices que te parezco preciosamente graciosa lo dices en serio.

Me recuerdas constantemente que no soy una exagerada, que mis historias son válidas y que vas a escucharlas aunque sea lo mismo de la semana pasada.

Sé que estamos arruinados porque ninguno de los dos sabe qué será de nosotros si llegamos a separarnos, no hemos vivido alejados ni un solo día para averiguarlo.  

Cartas sin destinatario y otros poemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora