Cartas sin destinatario y otros poemas

Self love.

14.02.24

Todos dicen que para poder amar a otros tienes que amarte primero.

Y aunque el concepto está claro, en práctica no lo entiendo.

Porque en tus ojos veo la felicidad que anhelo irradiar y no importa cuantas veces me vea en el espejo, en los míos no la encuentro.

Tus sonrisas me vuelven en tu reflejo y cuando aprendemos del otro es cuando realmente la siento.

Contigo percibo la felicidad que sola no tengo, pero no creo que sea solo a tu lado cuando la experimento.

Tu recuerdo me hace sonreír incluso cuando no estás ahí.

Las lecciones que contigo aprendí danzan en mi memoria para recordarme el tipo de persona que puedo llegar a ser, la energía que puedo transmitir.

He crecido mucho desde que te conocí, pero aún no me amo al cien como dicen por ahí y sigo sin entender que me está fallando.

¿Debería cerrarme a la posibilidad de conocer a alguien hasta que esté segura de que mi amor propio es certero?

¿O acaso también esa lección la hemos deformado tanto que ya nadie entiende su significado y termina haciéndonos daño?