30.03.2023

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Hace dos días no me gustaban los lunes y viernes porque tengo que verte.

Me encantaría poder evitarte a toda costa y hacer que desaparezcas entre las sombras,

pero siempre vistes de colores llamativos para que sea imposible perderte.

Hoy a mi lista se agregó el miércoles,

porque no siento nada al verte acompañado y porque no siento nada al verte en general.

Dudo de todos mis sentimientos pasados porque ahora no sé si lo sentí, lo inventé o lo estoy inventando en el presente.

Y todo eso lo provocas tú.

Se supone que al entenderme debería entender lo que siento o no siento.

Debería comprender cómo es que te quiero.

Ahora la duda más grande es si lo hago, porque ahora ya no sé su significado.

Me he hecho planes para evitar tu imagen, pero de alguna manera nunca funcionan.

Y digamos que tu sola presencia, sin necesidad de acciones, me atormenta y confunde sobremanera.

En la soledad de mi casa por ti no siento nada, pero de solo observarte un segundo me cuestiono si acaso me estoy mintiendo aunque tampoco sienta nada.

Si seguimos de esta forma, sin saber si tratarnos como amigos o extraños,

voy a terminar este año odiando todos los meses en la misma cantidad en la que odio marzo. 

Cartas sin destinatario y otros poemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora