11.12.2023

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Hace un año encontrarme parada donde estoy me parecía un sueño.

Una mera fantasía imposible de cumplir, por la que tendría que eternamente sufrir.

Hoy aún hay mucho dolor dentro de mí, pero mi voz no tiembla al hablar y no siento que el pecho me va a explotar.

Mis manos aún sudan y tengo la imposible necesidad de llorar, pero hay orgullo en mis palabras, incluso si no las puedo pronunciar.

Ser humano es todo menos un proceso lineal y el salirse de los márgenes solo lo vuelve bastante más irregular.

En el último año, sufrí en silencio, dentro de mis pensamientos, mis notas, entre palabras que me impedían dormir, pero hoy puedo mirar hacia atrás y decir "lo logramos y es gracias a ti"

Es gracias a ella, quien sobrepasó todo marzo cuando mil dudas la ahogaron.

A la que incluso pensó en dejar la carrera porque era mejor ignorar los problemas, pero que se permitió sentir sin importar el resultado.

A todas esas versiones que tuvieron que existir para que yo esté aquí, por haber pasado sus pruebas sin importar lo imposibles que parecieran.

Hoy solo agradezco las enseñanzas de este periodo de mi vida, aunque pudieron ser gentilmente aprendidas.

Quiero que esta satisfacción que siento por crecer sea duradera y que mis lecciones sean más amables durante el tiempo que me queda.

Cartas sin destinatario y otros poemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora