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Después de la intensa conversación en el mirador, la atmósfera en el auto cambió drásticamente. Felix podía sentir la tensión palpable entre ellos, una mezcla de deseo y anhelo que había estado acumulándose durante toda la noche. Hyunjin no apartó la vista de la carretera, pero su mano buscó la de Felix, entrelazándose con firmeza.

Felix, sintiendo una oleada de valentía, miró a Hyunjin. Su corazón latía con fuerza, y no pudo evitar la pregunta que había estado rondando su mente.

—Hyunjin, ¿qué harías si estuvieras solo conmigo en este coche? —preguntó, su voz suave pero llena de desafío.

Hyunjin la miró, una chispa traviesa brillando en sus ojos. La tensión en el aire se volvió casi eléctrica.

—¿Estás sugiriendo algo? —respondió, una sonrisa jugando en sus labios.

Felix se sonrojó, pero la idea de estar juntos en la intimidad del coche la hizo sentir viva. Con un gesto decidido, se inclinó hacia él, acercándose lo suficiente para susurrarle al oído.

—Quizás… podríamos hacer algo más que solo conducir.

La respuesta de Hyunjin fue inmediata. Detuvo el coche a un lado de la carretera, el sonido de los frenos resonando en la noche. Se volvió hacia Felix, sus ojos oscuros llenos de deseo.

—Estás llena de sorpresas, ¿sabes? —dijo, su voz baja y seductora.

Felix se sintió envalentonada por la forma en que Hyunjin la miraba. Sin pensarlo dos veces, se acercó más, sus labios rozando los de él. Fue un beso suave, pero cargado de una necesidad apremiante que había estado reprimida durante demasiado tiempo.

Hyunjin respondió al beso, atrapando su rostro entre sus manos mientras profundizaba la conexión. Felix se sintió llena de calor, el deseo encendiéndose entre ellos como una llama.

—Quiero que me toques, Hyunjin —susurró, su voz temblando por la intensidad de lo que sentía.

Hyunjin, aún sosteniendo su rostro, la miró fijamente. Su expresión era de pura devoción.

—¿Estás segura? No quiero que hagas nada que no quieras —dijo, su voz cargada de preocupación y deseo.

—Lo estoy —respondió Felix, sintiendo que su corazón se aceleraba con la emoción de su decisión.

Con esa respuesta, Hyunjin se inclinó hacia ella, sus manos comenzando a explorar su cuerpo. Su tacto era firme pero delicado, como si supiera que estaban a punto de cruzar una frontera que cambiaría todo entre ellos. Felix se retorció en su asiento, sintiendo la presión de su cuerpo contra el de Hyunjin.

Él deslizó su mano por la pierna de Felix, sintiendo la suavidad de su piel. Felix respiró hondo, sintiendo que el deseo la invadía por completo. La adrenalina corría por sus venas mientras sus labios se encontraban de nuevo, esta vez con más fervor.

El auto estaba envuelto en un silencio, interrumpido solo por sus respiraciones entrecortadas y el suave murmullo de la noche. Las luces de la ciudad titilaban a lo lejos, pero en ese momento, solo existían ellos dos.

Hyunjin se inclinó hacia adelante, tomando el control mientras sus manos se movían con confianza. La calidez de su cuerpo hizo que Felix se sintiera viva, como si estuvieran en su propio mundo, lejos de las realidades que enfrentaban.

A medida que sus caricias se volvieron más audaces, Felix, sintiendo la necesidad creciente dentro de ella, tomó la mano de Hyunjin y la llevó hacia su entrepierna, mirándolo a los ojos mientras le mostraba lo que quería.

—Tócame —susurró, su voz llena de deseo.

Hyunjin se quedó momentáneamente sorprendido, pero la sorpresa pronto se convirtió en un ardiente deseo. Sin apartar la vista de sus ojos, comenzó a acariciar la entrepierna de Felix, sintiendo cómo su cuerpo respondía a su toque. La tensión entre ellos alcanzó un punto crítico, y Felix se retorció en su asiento, incapaz de contener un gemido de placer que escapó de sus labios.

LA OBSESIÓN DEL MAFIOSO//hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora