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La vida de Felix había cambiado drásticamente desde la partida de Hyunjin. Aunque las noches en el apartamento con sus amigas habían sido un bálsamo para su tristeza, la tensión comenzó a acumularse en su interior. La constante presión de sus amigas y su madre sobre su relación con Hyunjin le resultaba agobiante. Sentía que cada vez que hablaban, era como si le recordaran lo que había perdido, y eso la hacía rebelarse aún más.

Una tarde, después de una acalorada discusión con Jisung, Seungmin y Jeongin sobre su futuro y lo que debía hacer con su vida, Felix tomó una decisión impulsiva. Dejó de responder los mensajes de Hyunjin. En su mente, creía que, de alguna manera, eso le daría el control sobre su vida y su relación, que sentía tan fuera de su alcance.

En lugar de eso, comenzó a vestirse de manera provocativa. Sus prendas se volvían más ajustadas y atrevidas, buscando llamar la atención de todos. A menudo, se miraba en el espejo y se sentía empoderada, como si finalmente estuviera reclamando su propia identidad.

Con el nuevo look, conoció a un grupo de chicos y chicas en un bar cercano, quienes le ofrecieron un sentido de pertenencia que había estado buscando. La atención que recibía la hacía sentir viva y deseada. Comenzó a salir con ellos a beber, riendo y disfrutando de una libertad que no había sentido antes. Las noches eran llenas de música y baile, y la energía de sus nuevos amigos la envolvía.

Sin embargo, a pesar de la diversión y las risas, había un vacío en su interior. Las noches pasadas en el bar, rodeada de amigos, no podían llenar el espacio que Hyunjin había dejado en su corazón. Pero en su rebeldía, se negaba a pensar en él.

En uno de esos momentos de euforia, mientras bailaba y reía con sus nuevos amigos, su teléfono vibró. Era un mensaje de Hyunjin: “¿Felix? ¿Estás bien? Te he estado extrañando.”

Ella lo miró, sintiéndose conflictuada. En lugar de responder, lo ignoró, sintiendo una mezcla de culpa y liberación.

Sin embargo, cuando regresó a casa esa noche, después de varias copas, la soledad la abrumó. Kkami la miró con ojos preocupados, como si pudiera sentir su tormento interno. Felix se dejó caer en el sofá, sintiendo la bruma del alcohol y la tristeza que la seguía.

Al día siguiente, despertó con la cabeza pesada y la sensación de que se había alejado de lo que realmente importaba. Miró su teléfono, donde había un par de mensajes no leídos de Hyunjin y se sintió un poco culpable. Pero el orgullo y la rabia que sentía hacia sus amigas y su madre la mantenían en su lugar.

Los días pasaron, y aunque disfrutaba de su nueva vida y de sus amigos, el silencio de Hyunjin comenzó a resonar en su mente. Su relación se sentía distante, y Felix se dio cuenta de que, a pesar de su rebeldía, no podía escapar de lo que realmente quería. En su corazón, seguía amando a Hyunjin.

Un día, mientras estaba con sus nuevos amigos, alguien mencionó a Hyunjin y su corazón se detuvo. Era una mezcla de dolor y añoranza, y se dio cuenta de que no podía seguir ignorando sus sentimientos. La rebeldía había sido solo un mecanismo de defensa, pero no podía seguir huyendo.

Con el rostro decidido, decidió que era hora de enfrentar la verdad. No podía permitir que su orgullo la separara de lo que realmente quería: un futuro con Hyunjin. Sin embargo, ¿sería demasiado tarde para arreglar las cosas? ¿Podría volver a abrir la puerta que había cerrado tan abruptamente?

Felix sabía que tenía que tomar una decisión. Era el momento de dejar de lado la rebeldía y enfrentar sus sentimientos de una vez por todas. Pero, ¿tendría el valor para hacerlo?

LA OBSESIÓN DEL MAFIOSO//hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora