LA OBSESIÓN DEL MAFIOSO//hyunlix

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Un Camino hacia la Paz

El siguiente día amaneció brillante, pero con un aire de reflexión. Felix se despertó temprano, un hábito que había adquirido a lo largo de los años, y miró a su alrededor en silencio. La luz suave que entraba por la ventana iluminaba el espacio de una manera tan cálida que le dio la sensación de que el día prometía ser especial.

Mientras Hyunjin aún dormía profundamente a su lado, Felix se levantó y caminó hacia el jardín. Sus pies descalzos tocaban el suelo fresco, y al levantar la vista, vio cómo los primeros rayos del sol iluminaban las hojas de los árboles, reflejando un resplandor dorado que parecía simbolizar la esperanza.

—Todo lo que hemos pasado… —murmuró para sí misma, mientras respiraba profundamente, disfrutando de la calma que ahora sentía—. Fue necesario para llegar aquí.

La paz era algo que se había ganado a pulso. Las luchas, las pérdidas, las pruebas de carácter, todo había sido un proceso, pero ahora, por fin, sentía que el futuro no solo era posible, sino prometedor. Y todo eso, todo lo que había logrado, era por ellos: por Hyunjin, por sus hijos y por la familia que habían construido juntos.

En la cocina, la quietud de la mañana se rompió cuando los primeros sonidos de pasos pequeños comenzaron a llenar la casa. Ahyeon apareció primero, luciendo como el joven adulto que comenzaba a ser, siempre serio pero con una sonrisa cuando se dirigió hacia su madre.

—¿Mamá? —dijo con voz suave—. ¿Estás bien?

Felix asintió y le dio un abrazo. —Estoy bien, hijo. Solo estaba pensando en cómo hemos llegado hasta aquí.

Ahyeon sonrió. —Es extraño. Pensar que todo lo que hemos pasado ya está detrás. Pero siento que esto es solo el comienzo, ¿sabes?

Felix le acarició el cabello. —Lo sé. Pero este comienzo será diferente. Será por nosotros, por lo que construimos juntos.

Poco después, Eunchae y Jiwon se unieron, ambos llenos de energía, como siempre. Eunchae, con su naturaleza curiosa, le preguntó a Felix por el día de hoy, a qué proyectos se referían y cómo podrían involucrarse más en lo que estaba por venir. Felix no pudo evitar sonreír, sabiendo que sus hijos no solo se habían adaptado a las circunstancias, sino que ahora querían ser parte activa de lo que venía.

Mientras se preparaban para el desayuno, Felix y Hyunjin discutieron en privado lo que había en sus corazones. Las palabras entre ellos eran pocas, pero significaban mucho. A través de gestos, miradas y sonrisas, se comunicaban de manera perfecta.

—Es raro pensar que ya no estamos en guerra —dijo Hyunjin mientras tocaba la mano de Felix con suavidad. —Por fin podemos vivir con calma.

Felix lo miró con una ligera sonrisa. —Sí, y lo haremos bien. Este es el futuro que nos hemos ganado.

El desayuno estuvo lleno de risas y conversaciones que ya no eran solo sobre lo que tenían que hacer, sino también sobre lo que querían lograr. Las metas de Hyunjin no solo incluían la expansión de su negocio, sino también proyectos filantrópicos que mejoraran las vidas de los demás. Y Felix, con su naturaleza empática, se sentía completamente alineada con esa visión.

Más tarde en la mañana, la familia se reunió en la sala de estar para hablar sobre los próximos pasos. Ahyeon, con sus ojos brillantes de entusiasmo, fue el primero en proponer algo.

—He estado pensando en algo, y creo que sería genial si comenzamos a ayudar a las comunidades más vulnerables. Podríamos organizar eventos para recolectar fondos y distribuirlos de manera que realmente lleguen a las personas que lo necesitan. No solo cosas materiales, sino educación, asistencia médica, y apoyo emocional.