La noche había caído sobre Corea, envolviendo el ambiente en una calma silenciosa. Felix estaba sola en la mansión que Hyunjin le había dejado, sentada frente a la ventana, observando las luces de la ciudad que titilaban en la distancia. Su mente estaba inquieta, cargada con el peso de las emociones reprimidas durante tanto tiempo. La tensión con Hyunjin, el vacío de ignorar sus mensajes, las decisiones impulsivas... todo empezaba a pesarle.
El sonido de la puerta principal abriéndose la sacó de sus pensamientos. Sabía quién era. Solo una persona tenía esa llave.
—Felix —la voz profunda de Hyunjin resonó en la habitación, calmada pero llena de algo que Felix no pudo definir en ese momento—. Necesitamos hablar.
Ella se giró lentamente, sus ojos encontrando los de él. Hyunjin se veía diferente esta vez, más serio, con una mirada que parecía atravesarla. El tiempo que habían pasado separados había sido doloroso para ambos, y el ambiente entre ellos estaba cargado de algo más que palabras.
—Hyunjin… —murmuró ella, casi como un susurro, sintiendo una mezcla de alivio y miedo.
Hyunjin cruzó la habitación en unos pocos pasos, acercándose a ella. La tensión entre ellos era palpable, pero más allá de eso, había una conexión profunda que ninguno de los dos podía negar. Se miraron por lo que pareció una eternidad, hasta que Hyunjin finalmente habló, su voz baja y seria.
—He intentado darte espacio, Felix. Pero no puedo seguir viendo cómo te alejas —dijo, tomando sus manos con delicadeza—. Me duele verte así, me duele estar tan lejos de ti.
Felix bajó la mirada, luchando contra las emociones que amenazaban con desbordarse. Ella también había sentido la distancia, pero su orgullo y la confusión la habían llevado por un camino oscuro.
—Lo siento… —susurró ella, sintiendo cómo el arrepentimiento empezaba a inundarla—. No quería hacerte daño.
Hyunjin levantó su rostro con suavidad, obligándola a mirarlo a los ojos. Había ternura en su mirada, pero también una intensidad que la hacía estremecer.
—Ya no importa lo que pasó. Lo que importa es lo que hacemos ahora —dijo con firmeza.
Sin decir más, Hyunjin la acercó a su cuerpo, abrazándola con fuerza. Era un abrazo lleno de promesas, de perdón, de un amor profundo que no podía ser quebrantado por la distancia ni los malentendidos.
Los latidos de sus corazones se sincronizaron mientras se mantenían en ese abrazo, sintiendo el calor y la seguridad del otro. Poco a poco, la cercanía se volvió algo más. Hyunjin deslizó una mano por la espalda de Felix, acariciándola suavemente, mientras la otra mano se quedaba en su cuello, jugando con los mechones de su cabello rubio.
—Te extrañé tanto… —dijo Hyunjin, su aliento rozando la piel de Felix.
Ella cerró los ojos, dejándose llevar por las sensaciones que la inundaban. La conexión entre ambos siempre había sido fuerte, pero en ese momento, sentía que sus almas estaban más entrelazadas que nunca. Lentamente, Hyunjin bajó sus labios hasta el cuello de Felix, dejando un suave beso que hizo que ella suspirara.
—Hyunjin… —murmuró ella, incapaz de resistirse más a lo que sentía.
El toque de Hyunjin se volvió más íntimo, más intenso, mientras sus labios seguían un recorrido lento por la piel de Felix. Sus manos exploraban cada rincón de su cuerpo, conociéndolo de una manera que solo él podía. Cada caricia, cada susurro, hablaba de la profundidad del amor que compartían, un amor que no necesitaba palabras.
El aire entre ellos se volvió cargado de deseo, pero también de algo más: confianza, entrega, y una promesa silenciosa de estar el uno para el otro, sin importar lo que pasara. Los movimientos de Hyunjin eran cuidadosos, atentos a cada respuesta de Felix, queriendo que ese momento fuera tan especial para ella como lo era para él.
Finalmente, sus labios se encontraron en un beso profundo, cargado de pasión contenida. El mundo a su alrededor se desvaneció, y solo quedaron ellos dos, unidos en un momento de pura intimidad. Hyunjin tomó el rostro de Felix entre sus manos, profundizando el beso mientras ambos caían lentamente sobre la cama.
La noche avanzó lentamente, pero para ellos, el tiempo dejó de existir. Cada momento, cada gesto, fue una reafirmación de lo que sentían, un recordatorio de que, a pesar de las dificultades, su amor era más fuerte que cualquier obstáculo.
Cuando la luz del amanecer comenzó a filtrarse por las cortinas, Felix y Hyunjin estaban acostados juntos, envueltos en la calidez del otro. Felix descansaba su cabeza en el pecho de Hyunjin, escuchando el ritmo constante de su corazón. No había necesidad de palabras en ese momento. Estaban juntos, y eso era todo lo que importaba.
—Nunca te voy a dejar, Felix —dijo Hyunjin suavemente, acariciando su cabello.
Felix sonrió contra su pecho, sintiéndose en paz por primera vez en mucho tiempo.
—Lo sé —respondió ella, cerrando los ojos—. Yo tampoco.
Y así, envueltos en la tranquilidad de la mañana, supieron que, sin importar lo que viniera, su amor siempre los guiaría de vuelta el uno al otro.
ESTÁS LEYENDO
LA OBSESIÓN DEL MAFIOSO//hyunlix
Fanfictionla linda obsesión del mafioso coreano criado en rusia hwang hyunjin. ------------------------ lee felix una chica rubia de tez pálida con un pequeño tatuaje en su cintura. ------------------------ hyunlix. felix será mujer. Hyunjin[24 años]>1.87m. F...