90

5 9 0
                                    

El Equilibrio de la Familia

La vida en la casa Hwang se volvió un poco más tranquila después de la charla entre Felix y Eunchae, pero las secuelas del ataque de ansiedad de la niña aún flotaban en el aire. Felix no podía dejar de pensar en las palabras de Eunchae. La ansiedad de su hija había ido en aumento, y Felix sabía que no sería fácil para ella superar esos momentos de angustia.

El tiempo transcurrió, y cada día traía nuevos desafíos, aunque los momentos felices también se hacían sentir. Hyunjin, quien siempre había sido el pilar de la familia, se mantenía cercano a Felix y sus hijos, demostrando una dedicación a su rol como padre que sorprendía a muchos.

Era un día cualquiera en la casa, y Felix estaba en la cocina, preparando el almuerzo para sus pequeños, cuando sintió una mano en su hombro. Se giró y encontró a Hyunjin, que la miraba con una suave sonrisa.

—¿Cómo están las cosas por aquí? —preguntó él, observando a los niños que jugaban en el salón.

Felix suspiró, mirando a Ahyeon y Eunchae mientras jugaban. Ahyeon, siempre tan alegre, parecía ser un bálsamo para la tristeza de Eunchae. A veces, la pequeña tenía esa capacidad de hacer sonreír a su hermana mayor incluso en los momentos más oscuros.

—Creo que estamos bien, pero aún queda mucho por hacer —dijo Felix, sonriendo ligeramente. Sabía que todo no se resolvería de la noche a la mañana, pero se sentía un poco más esperanzada.

Hyunjin asintió y, con una mirada más seria, se acercó a Felix, tomándola por los hombros.

—Lo sé. Pero te tengo a ti, Felix. Y siempre estaré a tu lado. No importa lo que pase. Tú y los niños son lo más importante para mí.

Felix sintió que sus mejillas se calentaban al escuchar sus palabras. Aunque no solían expresar sus sentimientos tan abiertamente, las palabras de Hyunjin siempre la hacían sentirse segura y protegida. Al menos en este momento, todo parecía estar en su lugar.

De repente, el sonido de risas y gritos llegó desde el salón. Felix y Hyunjin miraron hacia allí y vieron a Ahyeon y Eunchae jugando con Taeyang. La pequeña Ahyeon estaba sosteniendo a Taeyang en sus brazos, riendo mientras lo hacía balancear suavemente, mientras Eunchae miraba con una sonrisa tímida en su rostro.

Felix sintió una oleada de ternura al ver la conexión entre sus hijos. Aunque los tiempos habían sido difíciles, siempre había algo que los mantenía unidos: el amor inquebrantable entre ellos.

Sin embargo, esa paz momentánea se vio interrumpida por un sonido familiar: el timbre de la puerta.

Felix levantó una ceja, desconcertada. Nadie esperaba visitas. Hyunjin, con una expresión alerta, se acercó hacia la puerta. Era raro que alguien viniera sin avisar, especialmente en una casa tan privada como la suya.

Abrió la puerta lentamente y se encontró con un hombre que, a primera vista, parecía ser alguien de negocios. Su porte y actitud profesional lo delataban. El hombre llevaba un maletín y una expresión seria, lo que causó que Felix frunciera el ceño. No conocía a este hombre.

—¿Puedo ayudarle? —preguntó Hyunjin, con una mirada fría y calculadora.

—Buenas tardes, señor Hwang. Soy el abogado de la familia Kim. Necesito hablar con usted sobre un asunto urgente —respondió el hombre, mirando a Hyunjin con seriedad.

Felix, al escuchar el nombre de la familia Kim, frunció el ceño. Había oído hablar de ellos. Eran una familia poderosa y respetada en el círculo empresarial, pero también conocidos por su dureza y, en algunos casos, por sus métodos oscuros.

—Pase —dijo Hyunjin con un tono distante, permitiendo que el hombre entrara en la casa.

Felix se quedó en la cocina, observando con cautela mientras Hyunjin y el abogado se sentaban en el salón. No le gustaban las sorpresas, y mucho menos cuando venían de personas desconocidas.

Cuando el abogado comenzó a hablar, Felix pudo escuchar fragmentos de la conversación.

—Es un asunto relacionado con una inversión. La familia Kim tiene un interés en uno de los negocios de su esposo, señora Hwang —dijo el hombre, mirando a Felix con cierto desdén.

Felix sintió una incomodidad en su pecho. No quería involucrarse en nada relacionado con esa familia. Sabía que su esposo, Hyunjin, tenía muchos negocios, pero prefería mantenerse al margen de las negociaciones complicadas.

Al notar la tensión, Hyunjin se levantó de la silla y le dio una mirada tranquila a Felix, como si intentara tranquilizarla.

—Lo resolveré —le dijo en voz baja, antes de volver a dirigirse al abogado. Felix, aliviada por su calma, decidió dejar que se encargara de todo. Había aprendido a confiar en él en esas situaciones.

Sin embargo, una pequeña parte de ella no podía dejar de preocuparse. La familia Kim no era alguien con quien quisiera tratar, pero también sabía que, si Hyunjin estaba involucrado, todo estaría bajo control. A pesar de todo, el sentimiento de inseguridad no desaparecía por completo.

Unos minutos después, el abogado se despidió y salió de la casa. Hyunjin, aliviado, volvió a la cocina y abrazó a Felix por la espalda.

—Nada que preocuparse —dijo con una sonrisa tranquila, besándole la mejilla.

Felix asintió, pero no pudo evitar sentirse aún inquieta. Los asuntos de negocios de Hyunjin siempre traían consigo complicaciones. Aún así, sabía que estaba bien respaldada por él.

Con el día avanzando, la familia Hwang continuó con su rutina. Los niños seguían jugando, y Felix, aunque pensativa, se centró en disfrutar del momento presente. Había mucho por resolver, pero en ese instante, todo lo que importaba era que, a pesar de las dificultades, estaban juntos.

La familia, al final, siempre sería el refugio más seguro.

LA OBSESIÓN DEL MAFIOSO//hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora