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La mañana siguiente, Felix se despertó con una sonrisa en el rostro. Había dormido bien, y el recuerdo de la cena con su madre y Hyunjin aún resonaba en su mente. Era un nuevo día lleno de posibilidades, y Felix estaba decidida a aprovecharlo al máximo.

Después de un ligero desayuno, decidió que era hora de hacer algo especial para Hyunjin. Quería sorprenderlo con un almuerzo delicioso, algo que le mostrara cuánto lo apreciaba. Con entusiasmo, se dirigió a la cocina y comenzó a buscar recetas que pudieran impresionar a su chico.

Mientras preparaba los ingredientes, su mente viajaba a momentos recientes: las risas compartidas, las miradas cómplices, y cómo cada vez se sentía más cómoda y segura de sí misma a su lado. La relación que tenían había florecido de una manera que jamás habría imaginado.

Después de unos minutos, se decidió por un plato de pasta al pesto con pollo a la parrilla. Era su especialidad y sabía que a Hyunjin le encantaba. Mientras cocinaba, disfrutaba de la música suave que sonaba de fondo, dejándose llevar por el ritmo y la energía positiva que la rodeaba.

Cuando terminó de cocinar, la cocina estaba llena de aromas deliciosos. Felix se sintió satisfecha al ver su obra, pero aún había un toque más que quería añadir: una pequeña nota. Buscó papel y un bolígrafo y escribió unas palabras sinceras.

"Gracias por ser la luz en mi vida. Espero que disfrutes de este almuerzo tanto como disfruto cada momento contigo. Te quiero."

Con la nota en la mesa, Felix se dio un vistazo en el espejo de la entrada, asegurándose de que lucía bien. Quería que este momento fuera especial, y todo debía estar perfecto.

Cuando el timbre sonó, su corazón dio un brinco. Era Hyunjin. Felix abrió la puerta, y al verlo sonreír, sintió que todas sus preocupaciones se desvanecían.

-¡Hola, hermosa! -dijo Hyunjin, dándole un cálido abrazo.

-¡Hola! Te preparé algo especial para el almuerzo -anunció Felix, conduciéndolo hacia la mesa.

Cuando Hyunjin vio el plato humeante, sus ojos se iluminaron.

-¡Guau! Esto se ve increíble, Felix -exclamó, tomando asiento con entusiasmo-. Eres una cocinera talentosa.

Felix sonrió, sintiéndose orgullosa.

-Espero que te guste. Lo hice con mucho cariño -dijo, sirviendo la pasta en su plato.

Mientras comían, la conversación fluía naturalmente. Hablaban sobre sus sueños, sus anhelos y los pequeños detalles de la vida cotidiana. Cada risa y cada mirada compartida hacía que Felix se sintiera más conectada a Hyunjin.

-No puedo creer que hayas preparado esto. Deberías abrir un restaurante -bromeó Hyunjin, dejando caer un trozo de pasta.

-Tal vez un día. Por ahora, me encanta hacerlo para ti -respondió Felix, riendo.

Después de terminar, Felix se levantó para recoger los platos, pero Hyunjin la detuvo.

-Déjame ayudarte -dijo, poniéndose de pie rápidamente.

Ambos se movieron por la cocina, disfrutando de la compañía del otro. Después de limpiar, se sentaron en el sofá, donde el ambiente se volvió más relajado.

-Felix, tengo algo que quiero discutir contigo -dijo Hyunjin, tomando su mano.

El tono de su voz hizo que el corazón de Felix se acelerara.

-¿De qué se trata? -preguntó, sintiéndose un poco nerviosa.

-Me he estado preguntando sobre la posibilidad de que hiciéramos algo juntos, algo más formal. Como... presentarte a mis padres -sugirió Hyunjin, su mirada seria pero llena de amor.

LA OBSESIÓN DEL MAFIOSO//hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora