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Habían pasado algunas semanas desde aquella noche intensa en la que Hyunjin y Felix se dejaron llevar por el deseo, sin precaución. Aunque intentaban seguir con su vida diaria, algo había cambiado en Felix. Desde aquella noche, su cuerpo comenzó a dar señales que no podía ignorar, señales que ella conocía bien.

El Primer Síntoma

Una mañana, mientras Felix se levantaba para preparar el desayuno, un mareo repentino la tomó por sorpresa. Se agarró de la encimera de la cocina, cerrando los ojos mientras esperaba que la sensación de náusea pasara. Su corazón comenzó a latir con fuerza. Ya había sentido esto antes.

"Esto no puede estar pasando… otra vez", pensó, llevándose una mano al vientre instintivamente. Sabía que algo en su cuerpo había cambiado desde aquella noche.

Hyunjin, que aún dormía, no notó la breve lucha de Felix en la cocina. Decidió no mencionarlo. No quería preocuparlo, al menos no hasta estar completamente segura. Sin embargo, los días siguientes, los síntomas continuaron acumulándose. Las náuseas matutinas, el cansancio extremo y esa leve pero persistente sensibilidad en su pecho eran todos signos que Felix conocía muy bien.

Era claro: estaba embarazada nuevamente.

Un Secreto que Guardar

Aunque Felix estaba convencida, no le dijo nada a Hyunjin. Quería esperar el momento adecuado, y lo que más deseaba era no asustarlo con la noticia. Sabía que Hyunjin la apoyaría sin dudar, pero también sabía que sus vidas ya eran complicadas. Cuidar de Eunchae y sus ocupaciones con el trabajo los mantenían siempre al límite. Otro bebé significaría cambiar muchas cosas, y Felix necesitaba tiempo para procesarlo ella misma.

Con el paso de los días, empezó a planear cómo le daría la noticia. En su corazón, decidió esperar hasta su segundo aniversario de relación, un día especial que ambos valoraban mucho. Sería el momento perfecto para revelar el pequeño secreto que había estado guardando.

El Día del Aniversario

Finalmente, el día llegó. Hyunjin había organizado una cena elegante en su restaurante favorito. Felix se había arreglado con esmero, a pesar de que comenzaba a sentir cómo su cuerpo cambiaba poco a poco. Su vientre aún no mostraba ninguna señal visible, pero ella sabía que no faltaba mucho para que se notara. Llevaba un vestido suelto que disimulaba su figura, algo que había empezado a hacer con frecuencia en las últimas semanas.

Hyunjin, como siempre, la miró con admiración cuando la vio entrar al comedor. —Estás preciosa —le dijo, acercándose para besarla suavemente en los labios. Sus ojos brillaban con cariño y deseo, como siempre lo hacían.

Durante la cena, rieron y recordaron momentos de los últimos dos años. Hyunjin parecía tan feliz, tan tranquilo, y Felix no pudo evitar sentir un nudo en el estómago, sabiendo que estaba a punto de cambiar sus vidas nuevamente.

Cuando llegó el postre, Felix decidió que era el momento. Tomó aire, nerviosa, y miró a Hyunjin directamente a los ojos. Él se dio cuenta de inmediato de que algo importante iba a decir.

—Hyunjin… hay algo que tengo que contarte —dijo, su voz temblando ligeramente.

Hyunjin frunció el ceño, preocupado. —¿Qué sucede, amor? —preguntó, tomando su mano sobre la mesa.

Felix apretó su mano con suavidad, buscando el valor para hablar. —Estoy… embarazada.

El silencio cayó entre ellos. Hyunjin la miró, sorprendido, como si necesitara un momento para procesar lo que había escuchado. Luego, una sonrisa lenta pero enorme apareció en su rostro. —¿De verdad? —preguntó, su voz llena de incredulidad y alegría.

LA OBSESIÓN DEL MAFIOSO//hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora