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La Sombra que se Acerca

El reloj marcaba la medianoche, y la casa estaba en silencio, excepto por los suaves sonidos que se filtraban desde las habitaciones de los niños. Felix no podía dormir. El peso de las amenazas, de lo desconocido, la mantenía despierta. Aunque sabía que Hyunjin estaba haciendo todo lo posible para mantenerlas a salvo, la sensación de vulnerabilidad seguía acechándola. Todo lo que había sido su vida tranquila y feliz, ahora estaba al borde de un precipicio.

Se levantó de la cama, con la preocupación nublando su mente. Miró a su lado, donde Hyunjin aún dormía plácidamente, pero ella no podía permitirse el lujo de descansar. Sabía que debía hacer algo más, algo que le permitiera sentir que estaba tomando el control, aunque el poder real estaba en manos de Hyunjin. Se acercó a la ventana y miró al exterior. Las luces de la calle parpadeaban a lo lejos, pero más allá de eso, solo oscuridad.

El sonido de unos pasos le hizo volverse, y encontró a Hyunjin observándola con los ojos entreabiertos, claramente despierto. No dijo nada de inmediato, pero la preocupación en su rostro era evidente.

—Felix, ¿por qué no me despertaste? —Su voz sonó suave, pero firme, con ese tono protector que tanto la tranquilizaba.

Felix se mordió el labio inferior y se acercó a él.

—No quería preocuparte más. Ya sabes... todo esto.

Hyunjin se sentó en la cama y extendió la mano hacia ella, indicándole que se acercara. Felix obedeció sin pensarlo, y cuando se sentó junto a él, él la abrazó con fuerza.

—Yo también estoy preocupado. Pero todo estará bien. —Su voz era baja, pero su mirada no dejaba espacio para dudas. —Voy a estar aquí, Felix. Siempre.

Felix descansó su cabeza en su pecho, el ritmo calmado de su respiración ayudando a apaciguar su agitación interna.

—Siento que no puedo hacer nada. Estoy tan impotente... —susurró, casi avergonzada por sus propios sentimientos. No podía dejar de pensar en lo que sucedía con Miyeon, con sus hijos, con ella misma.

Hyunjin la miró con suavidad, alzando la barbilla para que lo mirara a los ojos.

—Lo estás haciendo, Felix. Al cuidar de los niños, al mantenernos juntos, al estar aquí, estás haciendo más de lo que te imaginas. Eres más fuerte de lo que crees.

Felix sonrió débilmente, sintiendo una calidez que solo él podía brindarle.

—Gracias, Hyunjin.

El momento de tranquilidad se rompió con el sonido de un timbre, y el corazón de Felix dio un vuelco en su pecho. Ambos se miraron, tensos. Era muy tarde para visitantes, y sabían que nadie en su círculo cercano vendría a estas horas.

Hyunjin se levantó de inmediato, sus movimientos rápidos y silenciosos. Felix lo siguió de cerca, con la sensación de que algo grave estaba por suceder. El timbre sonó nuevamente, más insistentemente esta vez. Felix sintió cómo su respiración se aceleraba.

—Mantente detrás de mí —le susurró Hyunjin mientras se acercaba a la puerta.

Felix asintió, su mente a mil por hora. Sabía que nada era sencillo en este mundo en el que vivían, y cualquier cosa podía estar pasando fuera de esas paredes. La puerta se abrió con un crujido, y cuando Hyunjin la abrió completamente, no había nadie allí. Solo una pequeña caja, envuelta en papel negro, descansaba en el umbral.

Hyunjin la observó por un momento, sus instintos de protección alertas, pero al final, sin decir palabra alguna, la levantó y la llevó hacia el interior. Felix no sabía si sentirse aliviada o más ansiosa. Los ojos de Hyunjin estaban fijos en la caja mientras la abría con cuidado. Al levantar la tapa, dentro había una carta, aparentemente sin ninguna marca o identificación que pudiera revelar su origen.

Felix se acercó, y Hyunjin comenzó a leer en voz baja.

"Sé lo que has estado haciendo. No te protegeré por siempre. Tu familia paga por tus pecados."

El mensaje fue breve, pero las palabras eran suficientes para dejar claro que el peligro ya no estaba solo afuera, sino también dentro de su vida. Felix dio un paso atrás, su mente llenándose de preguntas y temor.

—Esto... esto no es una coincidencia, ¿verdad? —preguntó, su voz temblando ligeramente.

Hyunjin cerró los ojos por un momento, procesando la información con rapidez. Sus ojos se abrieron, fijos y decididos.

—No. Esto es algo personal. —Su voz era fría, pero la tensión en su cuerpo era palpable. —Alguien está tratando de hacernos daño, y no voy a dejar que eso suceda. Ninguno de ustedes está en peligro mientras yo esté aquí.

Felix asintió, pero su preocupación seguía presente. No sabía quién estaba detrás de todo esto ni qué querían, pero las amenazas ya no eran solo palabras vacías. Ahora era algo tangible, algo que podría destruir todo lo que habían construido. No podía perder a su familia, no después de todo lo que habían pasado.

Mientras tanto, la casa estaba más tranquila de lo que hubiera imaginado. Los niños dormían sin saber lo que sucedía fuera de sus camas. Y, aunque Felix quería pensar que todo se resolvería pronto, algo dentro de ella le decía que esta era solo la punta del iceberg.

LA OBSESIÓN DEL MAFIOSO//hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora