LA OBSESIÓN DEL MAFIOSO//hyunlix

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La Larga Noche de Preparativos

El sonido de la lluvia golpeando contra las ventanas del apartamento Hwang creaba una atmósfera pesada, un presagio de lo que estaba por venir. Felix estaba sentada en el salón, mirando pensativamente el fuego en la chimenea, mientras Hyunjin estaba de pie junto a la ventana, observando la tormenta. La noche se había alargado, pero ninguno de los dos parecía dispuesto a dormir. Los planes debían ser perfeccionados y ejecutados sin margen de error, porque sabían que cualquier fallo podría significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Felix se frotó los ojos, sintiendo el agotamiento de días de tensión y preocupación. La noticia de la amenaza sobre su familia no era algo que pudiera asimilar fácilmente, pero lo peor no era el peligro inminente. Lo peor era el hecho de que, en el fondo, sabía que no podrían hacerlo solos. Aunque Hyunjin había organizado un equipo de confianza, sabía que ellos necesitarían aliados para enfrentarse a los enemigos que se habían presentado de forma inesperada.

—¿Has hablado con San sobre los movimientos de Jaehyun? —preguntó Felix, rompiendo el silencio.

Hyunjin asintió sin apartar la mirada de la tormenta.

—Sí, pero no ha sido fácil. Jaehyun está moviendo sus piezas rápido, y sus hombres son más peligrosos de lo que pensábamos. Están a un paso de descubrir nuestros movimientos.

Felix asintió, entendiendo la gravedad de la situación. Las palabras de Hyunjin seguían resonando en su mente: "Estamos en medio de una guerra." Aunque había creído que lo entendía, ahora la realidad se les caía encima como una avalancha. No solo estaban luchando contra los hombres de Jaehyun, sino contra el propio destino que parecía empeñado en separarlos a todos.

Felix se levantó y se acercó a Hyunjin. Lo miró con determinación, tratando de reunir la fuerza que sentía que necesitaba en ese momento.

—¿Qué podemos hacer? ¿Cómo los enfrentamos?

Hyunjin suspiró, finalmente dándose la vuelta para mirarla. Sus ojos, usualmente llenos de confianza, mostraban una pesadez que Felix no había visto antes. La situación estaba afectando a todos, y aunque él trataba de mantenerse fuerte para su familia, sus propios temores se volvían cada vez más difíciles de ocultar.

—Lo que tenemos que hacer ahora es unirnos con los pocos aliados que nos quedan. Necesitamos a las personas que aún nos deben favores, los que aún creen en nosotros. Pero, más que nada, tenemos que actuar rápido. Si no lo hacemos, Jaehyun nos aplastará, y será demasiado tarde para proteger a nuestra familia.

Felix sintió un nudo en el estómago. La angustia era palpable, y aunque había pasado por tantas pruebas junto a Hyunjin, sabía que esta guerra no solo los afectaría a ellos, sino también a sus hijos. Pensó en Ahyeon, Eunchae y Taeyang, jugando despreocupados en la otra habitación. Eran demasiado pequeños para entender la gravedad de la situación, pero, sin embargo, ella los veía como la razón por la cual debían seguir adelante.

—¿Dónde están los demás? —preguntó Felix, buscando distraer sus pensamientos. Su mente corría a mil por hora, pero sabía que debía mantener la calma. A su lado, Hyunjin le lanzó una mirada que indicaba que entendía su necesidad de información.

—Bangchan y Changbin están en contacto con sus propios aliados. Minho está cerca, pero aún estamos esperando la respuesta de un par de contactos clave. La red que hemos creado no es pequeña, pero lo que enfrentamos ahora no puede ser subestimado.

Felix asintió, sabiendo que el tiempo se estaba agotando. Entonces recordó algo importante. Algo que le daba una pequeña esperanza en medio del caos.

—¿Qué pasa con Lisa? —preguntó de repente, mirando a Hyunjin con preocupación.

El rostro de Hyunjin se endureció un poco. —Lisa... es una aliada más, pero no podemos confiar completamente en ella, Felix. Sabemos que tiene sus propios intereses, y aunque en el pasado nos ha ayudado, también ha demostrado ser impredecible.

Felix no estaba segura de qué pensar al respecto. Aunque confiaba en Hyunjin, también sabía que Lisa era una pieza clave en el juego. Su poder, aunque no siempre evidente, había sido una ventaja en muchas ocasiones. Sin embargo, también era cierto que había sido impredecible en varias ocasiones, y eso generaba desconfianza.

—¿Y qué hay de la policía? —continuó Felix, sabiendo que las fuerzas del orden podrían ser tanto una ayuda como un obstáculo. Aunque Hyunjin tenía contactos en el gobierno y la policía, no era un terreno seguro para ninguno de ellos.

Hyunjin frunció el ceño y se acercó a ella. —No podemos confiar en la policía esta vez. Jaehyun ha infiltrado demasiado. Cualquiera que esté en la fuerza podría estar trabajando para él.

El corazón de Felix dio un vuelco. Su mayor miedo era que la traición llegara desde donde menos lo esperaban. La idea de que personas que habían sido su confianza ahora pudieran ser agentes de Jaehyun, los hizo sentir vulnerables.

—Entonces, ¿quiénes son nuestros aliados? —preguntó, tratando de mantener la calma, pero sabiendo que el tiempo estaba en su contra.

—Solo unos pocos. Como te dije, debemos esperar a que algunos de nuestros contactos respondan. La única forma de sobrevivir a esto será con rapidez y sigilo. Mientras más rápido actuemos, menos opciones tendrán para reaccionar.

Felix respiró profundamente, asimilando las palabras de Hyunjin. Sabía que debían moverse rápido, que cada segundo era crucial. Pero también sabía que, en este momento, las decisiones que tomaran determinarían si sus hijos y su familia estarían a salvo.

En ese momento, Taeyang comenzó a llorar desde la habitación, y Felix se tensó, incapaz de concentrarse en la situación al oírlo. Sin embargo, Hyunjin, siempre perceptivo a sus reacciones, la miró y dijo:

—Ve a él, Felix. Yo estaré aquí. Necesito que te mantengas fuerte, pero también que estés con ellos. Lo que estamos por enfrentar, lo haremos como familia.

Felix le sonrió débilmente, agradecida por la fuerza que Hyunjin siempre le brindaba, aunque, en este momento, él también necesitaba ser fuerte.

Con el corazón pesado, Felix fue hacia la habitación de sus hijos, donde Taeyang seguía llorando en la cuna. Ahyeon y Eunchae estaban allí, abrazándose mientras escuchaban el llanto de su hermano. Al ver a su madre, Ahyeon corrió hacia ella, abrazándola con fuerza.

—Mamá, ¿está todo bien? —preguntó la pequeña con una inocencia que rompió el corazón de Felix.

Felix la miró con dulzura, acariciando su cabello. —Todo estará bien, cariño. Solo quiero que estén tranquilos.

Mientras se agachaba a recoger a Taeyang, Felix pudo sentir el peso de la guerra que se cernía sobre ellos. Sabía que no podía prometerles que todo estaría bien, pero en ese momento, tenía que ser fuerte por ellos. Sus hijos, los tres pequeños, representaban todo lo que quedaba de su mundo, todo lo que valía la pena proteger.

La calma de la noche fue interrumpida por el sonido de un teléfono sonando. Hyunjin, desde la otra habitación, contestó inmediatamente. Felix escuchó solo fragmentos de la conversación, pero sabía que algo estaba por suceder.

—Es ahora, Felix —dijo Hyunjin, entrando rápidamente en la habitación. La mirada en su rostro había cambiado. Ya no era el hombre que parecía invencible en su propia mente. Ahora era un líder, dispuesto a hacer lo que fuera necesario.

Felix se levantó, sosteniendo a Taeyang en sus brazos. —¿Qué hacemos?

—Nos movemos ahora. Es nuestra oportunidad.

El silencio se rompió en un instante. La guerra había comenzado de verdad.

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Continuará...