58

8 9 0
                                    

El Precio del Triunfo

La victoria de Felix y Hyunjin sobre Jaehyun no fue sencilla, ni limpia. A pesar de que habían alcanzado su objetivo, algo en el aire parecía pesado, como si el precio de su triunfo fuera más alto de lo que se había anticipado. La batalla no solo había sido física, sino emocional, un torbellino de sentimientos encontrados que se habían arrastrado hasta su victoria.

El edificio de Jaehyun ahora yacía en ruinas, con escombros que eran testigos de lo que había ocurrido. La maquinaria que había mantenido a la familia Hwang bajo amenaza había caído, y el imperio de Jaehyun se había desmoronado. Pero las secuelas de esa batalla no se veían solo en el entorno, sino también en los corazones de Felix y Hyunjin.

Felix, cubierto de polvo y sudor, se apoyó en la pared del edificio derrumbado, su respiración aún acelerada, pero aliviada de algún modo. Habían ganado, sí, pero había algo que lo hacía sentir como si esa victoria tuviera un sabor amargo.

—Lo hicimos... —murmuró Felix, sus ojos vagando hacia el caos que los rodeaba. Pero no pudo evitar sentir una punzada de vacío. La guerra estaba ganada, pero ¿a qué costo?

Hyunjin se acercó, poniéndole una mano en el hombro, transmitiéndole una paz que él mismo necesitaba. Aunque parecía tranquilo por fuera, los ojos de Hyunjin reflejaban la tormenta que azotaba su interior. Habían perdido mucho en ese enfrentamiento: sus amigos, algunos de sus hombres, y, sobre todo, su paz mental.

—El precio siempre es alto, Felix —dijo Hyunjin, su voz grave, cargada de la sabiduría que solo quien ha vivido en un mundo de caos podría entender. —Pero hemos logrado lo que muchos no se atreverían a intentar. Jaehyun nunca volverá a ser una amenaza para nosotros.

Felix asintió, pero su mirada seguía perdida. El sonido de los helicópteros sobrevolando el área y los sirenas de la policía que se acercaban no hacían más que recordarle que la batalla había terminado, pero la guerra por su alma aún no.

La policía había llegado rápidamente, pero no fue la autoridad lo que preocupaba a Felix y Hyunjin, sino las repercusiones a largo plazo. ¿Qué ocurriría ahora con la familia Hwang? Habían derrotado a Jaehyun, pero su imperio de sombras, aunque caído, todavía dejaba huellas en el mundo de la mafia y la criminalidad. Había muchas manos que deseaban llenar el vacío que él había dejado.

—Es hora de asegurarnos de que esto no se repita —dijo Hyunjin, sabiendo que las consecuencias de esta victoria serían mucho más complejas de lo que pensaban. —Debemos consolidar nuestro poder, no solo destruirlo.

Felix lo miró fijamente, reconociendo la verdad en sus palabras. El dominio de Jaehyun había caído, pero la estructura que él había construido aún tenía muchos seguidores, muchos que no iban a desaparecer simplemente porque su líder estuviera muerto o en prisión. Hyunjin tenía razón: la victoria en esta batalla no garantizaba la paz a largo plazo. Era solo el comienzo de un nuevo capítulo.

—Y lo haremos, pero no de la forma en que lo hacía Jaehyun —respondió Felix con firmeza. —No quiero vivir una vida construida sobre la violencia y el sufrimiento. Lo que hemos logrado hoy, lo haremos crecer con justicia y protección para todos. Pero antes… necesitamos tiempo.

El tiempo era lo único que no tenían en ese momento. Mientras las sirenas se acercaban, Felix y Hyunjin se dieron cuenta de que no podían quedarse en el lugar mucho más tiempo. San, el guardaespaldas, ya estaba dirigiendo a los demás miembros del equipo hacia una ruta de escape, y los Hwang tenían que irse antes de que todo quedara fuera de su control.

El plan era claro, pero el precio aún estaba por pagarse. Felix y Hyunjin sabían que tenían que actuar rápido si querían proteger a su familia de las repercusiones que podían venir de la caída de Jaehyun. No solo se trataba de sus vidas, sino también de la seguridad de sus hijos.

LA OBSESIÓN DEL MAFIOSO//hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora