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Sunghoon vuelve a su casa para cambiarse con la ropa que ayer había elegido, se baña, se pone la ropa y se echa una loción carísima, se vió en el espejo desde distintos ángulos, quería verse muy guapo hoy. Sunghoon conducía hacia el departamento de Sunoo, para su mala suerte había tráfico y tenía que estar a las 7 en el departamento de Sunoo.  
  
Después de unos minutos por fin estaba frente al departamento de Sunoo, estira su traje para que no hayan arrugas y acomoda el vino que traía como regalo. Sunghoon toca el timbre y siente que el corazón casi se le sale del pecho, era como si hubiese retrocedido tres años en el tiempo, Sunoo estaba con unos jeans ajustados y tenía una playera blanca que hacía que se le vean las clavículas.
  
El look de Sunoo no era algo que te pondrías cuando estabas con tu jefe, pero Sunoo sabía que Sunghoon no lo tomaría a mal ya que se conocían desde hace años.  

—Pase señor Park, no se quede ahí—Sunghoon ingresa al departamento, se veía muy espacioso y elegante, Sunoo lo llevó a la mesa, habían tres velas en el centro y rosas alrededor de estas, habían cubiertos para distintas comidas y dos platos—Por favor señor Park, hágame el honor de sentarse a mi lado—Sunghoon toma asiento.

—Traje este vino.

—Gracias señor Park, no se hubiese molestado—Sunoo se levanta y hace como si se tropezó y así pudo agacharse un poco y mostrar la grandeza de su trasero—Lo siento, casi me caigo—Sunoo va a la cocina dejando a Park con el corazón acelerado.

Calma Sunghoon, no pienses con otra cabeza.  

Sunghoon calma los latidos de su corazón y piensa en cosas feas para evitar tener una erección en estos momentos. Sunoo vuelve con el vino abierto y trae dos copas, le sirve a Sunghoon y luego propone brindar.  

—Por un futuro prometedor, el de la empresa, el de usted y mío—brindan y luego Sunghoon dice:  

—Deja de tratarme de usted, nos conocemos desde hace mucho tiempo.

—Us... está bien Sunghoon, pero solo será cuando estemos a solas, no quiero que nadie piense que entré a la empresa por influencias y si lo trato de usted al haber entrado hace pocos días a la empresa puede hacer que hasta su esposa piense mal, ya sabes que a tu esposa no le gusto.

—Bien...—Sunoo notó que Sunghoon quería preguntar más cosas.

—Si lo piensas preguntar, yo me fuí hace tres años, en ese tiempo era tan inmaduro que quería huir de todo, así que me fuí a estudiar, pero en Francia me fue muy bien, conocí a muchas personas y mis notas y las universidades donde estudié hicieron que apenas obtuve mi título pudiera empezar a trabajar. También te debes estar preguntando que mi estilo de vida cambió mucho, eso se debe a lo mucho que trabajé mientras estudiaba y también con los trabajos que obtuve luego de salir, a eso le sumo los tres millones que me sobraron por la venta de mi casa. Ya ves que me fue tan bien, me di cuenta que el amor no es lo mío, lo mío es ser exitoso—Sunoo sirve un plato de comida para cada uno, en esta ocasión había hecho una comida francesa y una coreana—Este plato se llama "Le magred de carnad"—el acento francés de Sunoo era tan sensual para el oído de Sunghoon.

Sunghoon trata de disimular su mirada, por pequeños momentos veía a Sunoo comer, este se veía muy elegante al comer y no emitía sonidos, cada acción de Sunoo le sorprendia, incluso le sorprendió cuando Sunoo bebía el vino sin hacer una expresión de disgusto, es su mente se repetía una y otra vez "Sunoo ha cambiado"

—Ahora voy a servir el otro platillo—Sunoo sirve el Miyeok guk (platillo a base de algas que se come cuando uno cumple años en Corea)
  
Terminan de comer en completo silencio, cuando terminan Sunoo deja todo lo sucio en la cocina y vuelve con Sunghoon.

—Vamos a sentarnos en otro lugar—llevan las copas y el vino a una mesa más pequeña y se sienta sobre cojines—Solo por hoy dejo que hagas más preguntas, sé que hay tantas cosas que quieres preguntar—Sunoo sirve vino para cada uno.

—Eh... ¿cómo estuviste, no saliste con nadie?—Sunoo escucha la pregunta y no responde, bebe lentamente el vino y luego mira a Sunghoon.

—Yo no aproveché como tú, nunca me faltaron propuestas pero siempre me faltó tiempo, así que no, nunca salí con nadie—Sunoo recuesta su espalda en el sofá que tenía detrás.

—¿No extrañabas a tus amigos estando allá?

—Lo hacía, pero sabía que pronto iba a estar con ellos.

—Y... ¿no extrañaste a nadie más?—Sunghoon bebe su copa de vino de una hasta el fondo.

—No—Sunoo fue directo y Sunghoon sintió una opresión en el pecho.

—¿Me sigues odiando?

—No.

—¿Te incomoda trabajar conmigo?

—No—Sunoo bebe otro sorbo de vino y su garganta se mueve lentamente mientras Sunghoon lo veía relamiendo los labios.

—¿Podemos ser amigos?—Sunoo no le respondió y continuó bebiendo, siguieron sirviendo más vino en sus vasos, Sunoo ya tenía el rostro rojo, siempre que tomaba su rostro se le ponía así pero no estaba borracho, aunque eso no tenía que saberlo Sunghoon. Sunoo se levanta y tambaleándose llega hasta sentarse al lado de Sunghoon, coloca su rostro en el hombro de Sunghoon—¿Qué haces Sunoo?—Sunghoon lo preguntaba porque no quería asumir que Sunoo lo quería besar, temía que si lo hacía Sunoo renunciaría y así no lo tendría ni como amigo.

—Sí—le dice Sunoo al oído y Sunghoon arruga el rostro—Seremos amigos—Sunoo volvió a poner su rostro en el hombro y miró hacia la ventana, desde ahí se podía contemplar la luna.

—Es hermosa—dice Sunghoon refiriéndose a la luna.

—Lo es—Sunoo gira su rostro y este queda a unos centímetros de Sunghoon. Sunghoon sentía que su corazón estaba latiendo tanto que hasta Sunoo lograba escucharlo, mientras Sunoo seguía acercándose a él le latía aún más el corazón, Sunghoon no pudo más y acercó su rostro pero terminó dándole un beso en la mejilla a Sunoo y fue empujado—No Sunghoon—Sunoo se levanta con las piernas temblorosas—Tu te vas a casar, por favor vete—Sunoo se para en el balcón esperando a que Sunghoon se vaya.

—Lo siento—Sunghoon se va muy a su pesar, le gustaría quedarse para atender a Sunoo quien se veía muy borracho pero decidió hacerle caso para no tener problemas. Cuando Sunoo escuchó que la puerta se cerraba se fue caminando perfectamente a su habitación.

—Sigues cayendo Sunghoon, ojalá que caigas más alto de lo que yo caí—ropa y duerme sin pijama, cuando estuvo en otro país descubrió que dormir así era más cómodo—Aquí yo no soy un villano, aquí la culpa la tiene el protagonista por caer en la trampa—toma sus pastillas de dormir y se recuesta tranquilo.

Novios por Contrato || SungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora