Recuerdos Sirius

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Esa noche, después de debatir internamente durante horas, Severus se levantó de su escritorio en las mazmorras y, sin mirar atrás, se dirigió al pensadero. El frío de la piedra bajo sus pies y la penumbra de su sala apenas lo distraían de la mezcla de nerviosismo y determinación que sentía.

Cuando llegó frente al pensadero, su mano tembló levemente mientras sacaba el collar de su cuello. Era un objeto tan pequeño, y sin embargo, había contenido tantos años de incertidumbre y dudas. Sin pensarlo más, dejó que el collar cayera dentro del pensadero, sumergiendo las memorias en el remolino plateado de pensamientos almacenados.

Severus respiró hondo y cerró los ojos por un momento. Sabía que no había vuelta atrás. No era solo un vistazo a las memorias de Sirius; era un enfrentamiento con todo lo que había evitado durante años. Sabía que ver esas memorias no significaría necesariamente resolvería de inmediato sus dudas sobre Sirius. Pero era un paso necesario para entender qué había detrás de todos esos años de rencor, y quizás, para vislumbrar qué podría haber en el futuro.

Con un movimiento decidido, sumergió su rostro en el pensadero y se dejó llevar por el torbellino de recuerdos.

Cuando el vértigo cesó y todo a su alrededor dejó de girar, Severus se encontró de pie en la enfermería. La tenue luz de la luna se filtraba por las ventanas, iluminando las camillas alineadas en la penumbra. Frente a él, su yo más joven yacía en una de ellas. La sensación de verse a sí mismo desde una perspectiva externa era extraña: tan pequeño, tan frágil. Sabía exactamente lo que estaba ocurriendo en ese momento.

Ese era el día en que había intentado saltar desde la Torre de Astronomía. Pomfrey, con firmeza, le había prohibido estar sin supervisión, insistiendo en que debía descansar y enfriar su mente. Sabía que había tenido razón, aunque en ese momento solo sentía un vacío que parecía imposible de llenar.

De repente, la puerta de la enfermería se abrió con un ligero chirrido. Era Sirius, su versión juvenil, con el cabello más corto, suelto y sin las marcas que lo caracterizarían años después. Se veía tan infantil. Sin embargo, antes de que pudiera procesar esos sentimientos, el sonido de otros pasos rompió el silencio.

"Señor Black, ya hemos hablado sobre las visitas nocturnas," dijo la anciana Pomfrey, deteniéndose frente a Sirius. La diferencia de estatura entre ambos era abismal. "Podrías despertar a algún paciente."

"Pero no he despertado a nadie," replicó Sirius con una sonrisa altanera, su tono desenfadado, como siempre. La enfermera suspiró, resignada. "Por favor, Poppy. No vengo a causar problemas."

Pomfrey parecía debatirse internamente, como si estuviera evaluando el riesgo de dejar entrar al estudiante más problemático del colegio. Finalmente, tras un momento de vacilación, asintió y, justo cuando Sirius avanzaba hacia la camilla, lo tomó por el hombro.

"Solo un momento. Te quiero fuera antes del amanecer," advirtió, y Sirius asintió rápidamente. "Y señor Black," lo detuvo una vez más antes de marcharse, "siempre puede hacer esto cuando el señor Snape esté despierto."

Severus observó cómo la enfermera sacudía la cabeza antes de desaparecer en su despacho. Con Pomfrey fuera de escena, Sirius comenzó a acercarse a la cama donde su yo más joven yacía profundamente dormido.

Severus recordaba aquella noche. Al despertar, lo había encontrado durmiendo en una silla junto a su cama, y al amanecer, Sirius ya se había ido. Esos momentos habían sido confusos para ambos, una etapa donde ninguno sabía realmente lo que quería, y por eso mismo, se herían mutuamente.

"Hey, Snape," murmuró Sirius mientras arrastraba una silla, el ruido rompiendo el silencio de la habitación. Severus observó cómo Sirius se asustaba brevemente al ver que su yo dormido no despertaba. "Lo siento... Yo..." Sirius rascaba su nuca, visiblemente incómodo. Severus nunca había escuchado esta parte de la interacción. Siempre había asumido que Sirius simplemente entraba, se sentaba y dormía, sin más.

El Diario |Snirius|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora