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Desde esa noche las cosas en casa no habían sido lo mejor, Harry veía a Sirius pocas veces, al final él plan de estar en casa de Remus se cambió, ahora Remus venía a dormir a Grimmauld Place. Tonks le propuso a Sirius ayudarlo con el caso, el cual aceptó para poder acabar lo más rápido posible, antes de que la navidad llegara.

La tarde se había mantenido aburrida, Harry en su habitación sin siquiera levantarse. Pensaba, en todo lo que ocurrió, con Snape y también en la pelea con Sirius. A ratos Harry se preguntaba; ¿acaso habré cometido un error?.

Harry admitía ser un entrometido, el mero hecho de querer saber más lo había llevado a un camino sin retorno. ¿Y si las vidas de Sirius y Snape estaban bien así?, tal vez se habían resignado a vivir una larga vida separados. Pero también estaba el pensamiento de que Snape se merecía una disculpa verdadera.

En conclusión, Harry sabía que este no era el final. Y si, estaba molesto con Sirius, sobre todo porque no estaba del todo seguro que su padrino quisiera cambiar, o que lo haya entendido. Acepto haberse equivocado, pero eso no significa que pudiera pararse frente a Snape y pedirle perdón. Su padrino podría ser alguien muy terco.

"¿Harry?," llamaron a la puerta, tocando tres veces. Remus entró a la habitación. "El almuerzo está listo," al ver que Harry ni siquiera se puso de pie, se adentró más a la oscuridad de la habitación. "Le dije a Kreacher que yo me ocuparía del almuerzo, así que hice empanadas de Cornualles, tus favoritas," agregó con diversión, pero Harry solo hizo una mueca. "¿Qué sucede? No me digas que no son tus favoritas."

"No es eso tío Remus," se cubrió el rostro con frustración. "Es sobre Sirius."

"Sirius," repitió ignorando el verdadero problema. "¿Que con el?, espero que ese tonto de Padfoot no te haya hecho algo malo."

Harry agitó su cabeza, levantándose para permanecer sentado en la comodidad de su cama.

No sabía como hablar de esto con Remus, sabía que él no se molestaría con Harry, sino que Sirius dría el afectado, y aunque en estos momentos estuviera molesto con el, eso no significaba que quería que tuviera más problemas.

"Harry."

"Yo... puede que haya cometido algunas travesuras en Hogwarts," sonrió de lado queriendo mostrar inocencia, lo cual solo le hizo ganar un suspiro agotador de su tío.

"Nada fuera de lo normal, si me lo preguntas," sonrió también, haciendo que Harry se relajara un poco. "Recuerdo en segundo año cuando gritabas a diestra y siniestra que Severus era malvado, y que tenía un plan para atacar a los estudiantes," movió las manos hacia Harry el cual le dio un manotazo en respuesta, sacándole carcajadas. "Vaya, el hombre ciertamente es algo tétrico pero no es su culpa nacer siendo un gatito molesto."

Harry se imagino a Snape como un gatito, se rió al imaginárselo siendo totalmente negro y con el pelaje lacio que cayera al suelo. Era tierno si se lo preguntaban.

"Basta," dijo entre risas Harry. "Esto es serio Remus," frunció su rostro pero al ver como Remus se resistía a sonreír, asintiendo obediente. "El punto es, que de alguna manera descubrí sobre la relación de Snape y Sirius."

"Oh," Remus parecía tantear el terreno, esperando que Harry siguiera con la conversación. "¿Y eso..."

"No me molesta, no, es otra cosa la que me inquieta," respiro profundamente. "Es todo este asunto sobre su ruptura, y sobre Sirius ocultándolo. Siento que no confío en el de la misma manera que antes."

Remus asintió, antes de sentarse a la orilla de la cama, sonrió de manera tranquila. Harry sentía que su tío no lo juzgaría y que podría hablar con él sobre este tema, eso era agradable.

El Diario |Snirius|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora