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Harry se despertó con un sobresalto, dándose cuenta de que la luz del sol ya inundaba el dormitorio. Miro el reloj con horror: estaba tarde para la clase de Transfiguraciones. Se vistió apresuradamente y salió corriendo por los pasillos, con la túnica mal abrochada y los libros apretados contra su pecho.

En su prisa, casi chocaba con el profesor de Defensa, quien caminaba con su usual aire de autoridad. Crouch lo miro con una ceja levantada, deteniendo a Harry en seco.

"Potter," llamo con asombro, al parecer recordando algo. "Gracias a Salazar que te encuentro tan temprano, necesito hablar contigo. ¿Puedes pasar por mi oficina durante la hora del té?" Dijo Crouch, su tono inconfundiblemente serio.

"Sí, claro, profesor," respondió Harry rápidamente, deseando que la conversación terminara para seguir corriendo.

Crouch lo observo con una leve sonrisa antes de asentir y continuar su camino. Harry reanudó su carrera hacia el aula de Transfiguraciones, temiendo las consecuencias de su tardanza. Al llegar, la puerta ya estaba cerrada y Harry entro con cautela, intentando no hacer ruido. Sin embargo, la profesora McGonagall lo vio de inmediato, sus labios apretados en una fina línea de desaprobación.

"Señor Potter, llegar tarde a clase no es una buena costumbre. Diez puntos de Gryffindor."

Una ola de risas se extendió por el salón, especialmente por los estudiantes de Ravenclaw. Harry se hundió en su asiento, deseando que el suelo lo tragara.

Hermione, sentada a su lado, le susurro con cierta frustración: "Intente despertarte, pero no hubo manera." Harry asintió, aún recuperándose de la vergüenza y el apuro, mientras McGonagall comenzaba su lección.

Mientras terminaban las clases, ya tenían la carga de un ensayo sobre las cualidades de los elementos vistos en clase. A medida que cambiaban por los pasillos de Hogwarts, Harry recordó de repente el incidente con el profesor Crouch. Había aceptado reunirse con el, y esa idea lo inquietaba. Si había otro profesor que lo aterraba, ese era sin duda Crouch.

"¿Qué saben de Crouch?," pregunto Harry, dirigiendo la mirada hacia sus amigos. "Este año llego, pero nunca nos presta demasiada atención."

Ron se encogió de hombro. "Lo que escuché es que estuvo con tus papás y tu padrino en Hogwarts. Además, fue en Slytherin. Seguro que es amigo de Snape; los vi hablando amistosamente una vez, aunque Snape tenia esa misma cara de culo."

Hermione frunció el ceño. "¿Por qué te preocupa tanto, Harry?"

Harry sacudió la cabeza, intentando deshacerse de su pensamientos paranoicos. "No lo se. Solo... me cito en su oficina en el siguiente periodo. Pero debe solo querer hablarme de algo relacionado con la escuela." Cambio el tema rápidamente para que la chica no indagara más a fondo. "¿Ya han pensado en el próximo partido de Quidditch? ¡Soy el buscador de nuevo!"

Ron se emociono al instante, hablando sin parar sois re las técnicas que debían emplear y como podrían vencer a Ravenclaw. Mientras lo escuchaba, Harry no podía evitar pensar en que el joven Snape no había mencionado a Crouch en absoluto, lo que aumentaba la curiosidad y inquietud sobre su reunión.

(...)

10 de Septiembre, 1976

El castigo impuesto por McGonagall ha resultado un verdadero tormento.

Hoy, al entrar al aula, vi cómo se acomodaba en una esquina, con esa expresión de desdén que tan bien le queda.

(...)

"¿Tan bien le queda?," Harry releyó el párrafo para verificar, y alzó ambas cejas con asombro. Pero sin más continuo.

(...)

El Diario |Snirius|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora