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'Finales Septiembre, 1976

La reunión fue meramente política. No puedo escribir detalles por razones de seguridad, pero eso no ha sido lo más mortificante de la semana. Recibí una carta directa de mi madre, algo inusual. Hacía tiempo que no tenía noticias de ella, y en esta ocasión hablaba de su delicada salud.

Era de esperarse, dado los constantes maltratos a los que ha sido sometida durante años, pero aun así, dolía. La idea de su sufrimiento me pesa, y no sé cómo lidiar con eso.

Quería contárselo a Pandora, pero ella está demasiado feliz con su cita con Lovegood. Lamentablemente, me veo obligado a ocultar mi dolor una vez más. No sé cuánto tiempo podré seguir haciéndolo.'

(...)

Harry se movía sigilosamente por los pasillos de Hogwarts, la paranoia apoderándose de él. Desde que había comenzado a sospechar que Snape pudiera saberlo, sentía la necesidad de estar siempre un paso detrás de él, asegurándose de que no estuviera al tanto de sus movimientos. Sabía exactamente cuándo tenía sus clases, cuando tenía sus reuniones con Luna y Malfoy a su lado, era fácil seguirlo sin llamar la atención.

Sin embargo, había algo extraño en el comportamiento de Snape. Pasaba mucho tiempo en una habitación apartada del castillo, apareciendo y desapareciendo de la nada. Harry se preguntaba qué podría estar haciendo allí. No era normal.

Una tarde, mientras seguía a Snape por el corredor, se detuvo al escuchar una conversación. Se escondió detrás de una esquina y se asomó para observar. Snape estaba hablando con el profesor Crouch, y el tono que usaban no sugería que fueran grandes amigos.

"Deberías dejar de preocuparte por tu pertenencia; al fin y al cabo, es solo un estúpido diario," dijo Crouch, con una sonrisa que irritaba a Harry.

Severus se tensó. Harry pudo ver cómo su mano se cerraba en un puño.

"No lo entenderías, así que mantén la boca cerrada," replicó Snape, tomando a Crouch de la camisa con una furia contenida.

Harry sintió que su corazón latía con fuerza. Este era el momento perfecto para huir, pero cuando Crouch mencionó algo que lo detuvo en seco.

"Sé quién lo tiene," dijo Crouch, mirando a Snape con una sonrisa maliciosa.

Snape lo miró con intensidad y, en un tono advertido, exigió:

"¿Quién?."

Pero Crouch simplemente se rió.

"No, Severus. Sabes bien, que así no es como juega una serpiente."

Harry sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sin poder contenerse, saltó hacia atrás, sobresaltado al sentir una mano en su hombro. Era Luna, quien con su inocencia habitual dijo:

"Oh Harry, ¿salimos a caminar?."

Harry se sintió aliviado de verla, pero la inquietud de lo que había escuchado lo siguió, recordándole que si Crouch hablaba, estaba acabado.

Luna y Harry caminaban por los terrenos de Hogwarts, la noche estaba fresca y tranquila, pero Harry apenas notaba el aire frío. Su mente estaba atrapada en el miedo de que Snape descubriera que él tenía el diario. Era un pensamiento aterrador, y la ansiedad crecía con cada paso que daba.

El Diario |Snirius|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora