39

431 81 22
                                    

El silencio entre ellos fue incómodo, denso. Sirius se aclaró la garganta, sabiendo que ya no podía echarse atrás.

"¿Qué haces aquí, Black?" La voz de Severus era fría. Sirius pudo notar que no lo había echado de inmediato, lo cual, en su caso, ya era algo positivo.

Sirius levantó una mano en señal de paz, con una sonrisa ladeada que parecía más nerviosa que divertida. "No te preocupes, no vine a molestarte," comenzó, intentando sonar relajado, pero era evidente que había algo más detrás de su visita. "Solo quería... hablar."

Severus se apoyó ligeramente en su escritorio. Desde esa perspectiva se miraba muy sexy, algo que Sirius tuvo que evitar ver si quería concentrarse. Ese gesto daba la intención de no invitarlo a entrar.

"¿Hablar?," repitió con un tono de incredulidad. "Tú y yo no tenemos nada de que hablar, Black."

Las palabras frías hicieron eco en la mente de Sirius. Su resolución comenzó a tambalear, realmente no había planeado nada. Sabía lo que tenía que decir, sabía por qué estaba ahí, pero de repente, al enfrentarse a la mirada de Severus, todo se volvió un caos en su mente. No era solo un hombre al que había desilusionado, era alguien a quien había lastimado profundamente, y ahora, ese peso lo aplastaba.

"Yo... lo siento," balbuceó, sintiendo cómo las palabras se atropellaban entre sí. "Por lo que pasó... por todo, en realidad." Bajó la mirada, incapaz de soportar la intensidad de los ojos de Severus. "Sé que... no estuve bien... todo fue un error."

Su voz se fue apagando a medida que hablaba, como si las palabras perdieran su fuerza mientras salían. Sabía que sonaba forzado, como si solo estuviera diciendo lo que se esperaba de él, y no lo que realmente sentía. En su cabeza, todo tenía sentido, pero ahora, frente a Severus, nada parecía suficiente.

Severus, por su parte, lo observaba con una expresión vacía, casi indiferente. ¿De qué exactamente se estaba disculpando Sirius? ¿Por haberlo casi matado? ¿Por haber roto lo que habían tenido? ¿O tal vez por la indiferencia que lo había consumido en los últimos años? Fuera lo que fuera, no parecía importar. Para Severus, aquello ya era cosa del pasado, un capítulo que prefería dejar cerrado.

"Está bien," dijo finalmente Severus, su voz carente de emoción, como si sus palabras no tuvieran peso alguno.

Sirius sintió un breve destello de alivio, casi como si estuviera a punto de saltar de alegría. Hasta que Severus continuó.

"Pero no te perdono," Severus se enderezó, sus ojos negros fijos en los de Sirius. El alivio de Sirius se desvaneció tan rápido como había llegado, y ahora se sentía descolocado, aturdido. Sabía que no había sido la mejor disculpa, pero... ¿rechazarla por completo?

Severus lo miró un segundo más, su expresión impenetrable. "Y si ya terminaste," añadió con frialdad, "Será mejor que continúes con tus labores. Buen día, profesor Black."

El aire entre ellos parecía nunca haber quitado lo denso e insoportable. Severus dio un paso atrás y, con un suave pero definitivo empujón, cerró la puerta frente a Sirius. El eco del cierre resonó en sus oídos como un golpe.

Sirius se quedó allí, paralizado, mientras el rechazo lo golpeaba de lleno. Se dejó caer en cuclillas, con la cabeza entre las manos. ¿Qué diablos había hecho? La desesperación comenzó a aflorar mientras se golpeaba suavemente la cabeza, sintiéndose un completo imbécil. Había tenido la oportunidad de decir algo significativo, de intentar arreglar lo que había roto, y lo había desperdiciado con un miserable "lo siento". ¿Qué era esa mierda? Incluso un niño de seis años se disculpaba con más sinceridad y profundidad.

El Diario |Snirius|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora