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Harry se esforzaba por imaginarse a su padrino de la manera en que Snape lo había descrito, casi como si estuviera admirando una obra de arte. Sin embargo, para él, Sirius era... bueno, solo Sirius.

Lo recordaba vistiendo de manera simple: pantalones negros y playeras que, en opinión de Harry, parecían demasiado pequeñas porque le apretaban los brazos. Nada fuera de lo común.

En cuanto a su apariencia física, sus tatuajes eran lo que más le llamaba la atención; eran geniales, y su cabello más corto le daba un aire peligroso, especialmente cuando llevaba su uniforme de Auror. Sin embargo, Harry siempre encontraba algo gracioso cuando Sirius se lo recogía en una coleta. A pesar de todo, sus ojos siempre le habían gustado; sentía que se veía a sí mismo en ellos, con una similitud a los de Malfoy que no podía ignorar.

Desvió su atención de la poción frente a él y se inclinó hacia Hermione para susurrarle: "Mione, ¿crees que mi padrino es atractivo?"

Hermione, sin apartar la vista de su caldero, respondió de manera pragmática, preguntándole si su curiosidad tenía algo que ver con el diario.

Harry asintió, pero no ofreció más detalles, aunque sabía que Hermione probablemente ya lo había deducido.

"Sí, Harry, Sirius es atractivo," contestó ella, con la misma calma.

Esa confirmación fue suficiente para que Harry dejara el tema por el momento, especialmente porque Snape había notado su distracción. Con su atención ahora dirigida al profesor, Harry comenzó a evaluar si Snape era atractivo.

Sus facciones no eran las mejores; a diferencia de Sirius, eran todo ángulos irregulares y líneas marcadas. Pero, a estas alturas, Harry ya no encontraba a Snape tan desagradable a la vista como antes.

(...)

' 01 Diciembre, 1976

Finalmente, he salido de la enfermería, pero el mundo fuera de esas paredes no es exactamente como lo recordaba. Algunas cosas han cambiado, y no necesariamente para mejor.

He notado que el grupo de los merodeadores, que siempre parecían inseparables, está comenzando a desvanecerse. Black y Lupin ahora se sientan al otro extremo del Gran Comedor, separados de Potter y Lily. Es evidente que algo ha cambiado entre ellos. Lily y Potter han comenzado a salir, un hecho que aún no estoy listo para procesar. No quiero pensar en ello, al menos no ahora.

En el lado de Slytherin, la situación tampoco es ideal. Barty Crouch Jr. no me deja en paz; parece estar siempre a mi lado, casi como si quisiera asegurarse de que no me hunda más en la oscuridad que he sentido estos días. Pero es Regulus Black quien realmente me llama la atención. Ha estado más distante últimamente, ajeno a la mayoría de las cosas que ocurren a su alrededor. Incluso la proximidad de las vacaciones navideñas no parece animar a nadie. El entusiasmo que solía acompañar esta época del año se ha desvanecido, como todo lo demás.

Y para rematar, he reprobado en Transfiguración. Una mierda total.'

(...)

Harry caminaba por el corredor, con un destino claro en mente: su próxima lección de pociones. Mientras avanzaba, se cruzó con Malfoy, quien iba acompañado de otro Slytherin. No pudo resistir la tentación de molestarlo un poco.

Pasó tan cerca de Malfoy que casi lo rozó. El rubio se detuvo en seco y giró sobre sus talones para enfrentarlo. "¿Potter?", dijo con desdén.

Harry, sin perder la oportunidad, sonrió con picardía y revolvió el cabello perfectamente peinado de Malfoy, desordenándolo por completo. Siempre había pensado que el rubio estaba demasiado impecable, y un poco de caos le daría un aspecto más... armonioso.

El Diario |Snirius|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora