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'Okey, escribiré esto solo porque necesito plasmar algo tan lunático para poder creer que realmente sucedió.

Fui a la fiesta de Ravenclaw, y debo decir que fue un completo caos. Música alta, todas las casas reunidas, incluso los Slytherin parecían divertirse. Todo iba más o menos bien hasta que Barty decidió cambiar mi cerveza de mantequilla por whisky de fuego. Por Merlín, mi peor error fue tomar un trago sin pensarlo dos veces.

He descubierto que mi tolerancia al alcohol es prácticamente nula. Un solo vaso fue suficiente para hacerme sentir como si el mundo estuviera girando a una velocidad alarmante. No describiré las cosas extravagantes que hice porque, sinceramente, no las recuerdo con claridad.

Pero hay un momento que se mantiene fresco en mi mente. Estaba caminando, observando a todos, cuando vi a Sirius Black en una esquina, completamente solo. Ni siquiera me miró, simplemente se dio la vuelta y entró en una zona de la sala común de Ravenclaw que no estaba tan iluminada.

Prometo que el alcohol se apoderó de mi alma, porque lo siguiente que hice fue lo más vergonzoso de mi vida.

Lo seguí. Como un perro faldero, lo seguí hasta encontrarlo con la espalda apoyada en la pared, fumando un cigarrillo. Había algo en su aspecto que me hizo querer acercarme. No sé por qué hice todo esto.

Realmente, siempre actúo sin pensar cuando se trata de Sirius.

Le reclamé. Le dije que no podía hacerme esto, no puede tenderme la mano para luego ignorarme, no puede ser amable para luego volverse un fantasma. Tal vez también le dije que Marlene era una... bueno, una mujer de muchos hombres (por no avergonzarme más con mi nula falta de modales).

Sirius intentó hablar, pero no lo escuché, ni siquiera lo intenté. Salazar, hasta escribirlo es vergonzoso.

Pero al mirarlo, toda mi furia se esfumó. Admito que sus ojos grises son hermosos, y me gusta cómo se viste, cómo se peina, hasta cómo camina. Al principio pensé que era simplemente celos, que odiar al estúpido Sirius Black era mejor que... que...

Como sea. No sé si me vi como un completo idiota observando al Gryffindor, y no sé en qué momento me acerqué tanto a él.

Pero puedo asegurar que no fui yo quien acortó la distancia. Fue él quien me tomó por los hombros y se acercó como un carnívoro a su presa. Me agarró del mentón y me besó.'

(...)

"Mierda," murmuro Harry soltando el diario que cayó haciendo ruido en la clase de historia, llamando la atención de Bins.

"Deja de leer eso Harry, te meterás en problemas," Hermione le dijo mientras ella se disculpaba para que el profesor siguiera con su estupida clase.

Harry ni siquiera la escucho, ni a Bins, se dedicó a tomar el diario y leer la última nota, sin creer lo que acababa de leer.

(...)

'¿Acaso fue un sueño? Ni siquiera quiero verlo a la cara. Lo peor es que lo correspondí. No quiero llegar a la conclusión que mi mente ha estado insinuándome.

Espero que Black siga ignorándome, porque no sé qué haré si quiere hablar de esto'

(...)

Harry cerró el diario y cuando todos comenzaron a salir, comenzó a guardarlo. Había descubierto algo que no estaba esperado, algo que sacudió su comprensión del pasado. Snape y Sirius... besándose.

Su primera reacción fue confusión, pero no por el hecho de que fueran dos hombres. En el mundo mágico, eso no era nada fuera de lo común. No, lo que realmente lo desconcertaba era que las dos personas involucradas en ese beso eran su padrino, Sirius Black, y Severus Snape, el hombre que había despreciado a Sirius con tanta intensidad durante toda su vida en Hogwarts.

El Diario |Snirius|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora