Diferencia de altura

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Los hombres que se inhiben ante la diferencia de altura, le tienen miedo al éxito. El único momento que se ve “raro” es parado al lado de una mujer más alta y con tacos. Pero no es un impedimento para nada más, no me siento menos hombre cuando estoy entre sus piernas en la cama, ni apretados contra las paredes de la ducha, tampoco cuando está encima de mí en el sillón o cuando “jugamos” sobre la mesada de la cocina.

Jamás la escuché quejarse al respecto, desde que vino a casa por primera vez disfrazada de Bruja. Las cosas se volvieron explosivas desde esa primera noche, pensé que después de una vez el interés iba a ir disminuyendo. Pero cada encuentro que teníamos, era igual o más intenso que el anterior.

Creí que la tensión sexual que parecía rondar siempre entre nosotros, también sería algo que se calmaría. Increíblemente fue una sorpresa que eso tampoco bajara. Cada segundo que teníamos un momento libre estábamos encima del otro, ni hablar de las caricias bajo la mesa o los mensajes picantes dentro del programa.

Se hacía difícil pasar tiempo alejado de ella, pasamos de tener una amistad a medias a algo así como una relación sumamente intensa. De esas en las que no podés dejar de pensar en el otro. Me reía de las noches de sushi del vegano, y ahora disfruto de las pequeñas tradiciones que se forman entre nosotros. Siempre sentí esa incomodidad de dormir con alguien más, y ahora duermo mejor con ella en mis brazos.

No pensé que un mensaje enviado por error podía soltar nuestros miedos. Después de esa noche juntos, tenia la idea de que eso sería todo, mas por ella que por mi. Es muy profesional con su trabajo, y no quería que las cosas se arruinen. Iba a dejarla tomar la decisión sobre si esto avanzaba o no, pero con los días empecé a soñar con esa noche. Tener flashbacks sobre las cosas que hicimos, y se volvía difícil no querer repetirlo. Cuando eso empezó a consumir casi todos mis pensamientos, decidí que tenía que convencerla de que esto era un buen plan. Una inversión que no podía dejar pasar. Fue difícil, muy a paso de hormiga, pero logré atraparla y sin duda no la voy a dejar irse.
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Escena +18-Noche de bruja-

Cuando estábamos en Uruguay la vi encarando, me tomo por sorpresa en ese momento porque creí que era más del team Nico. Que ante una situación de encare iba a ser tímida, pero era demasiado torita. Después en salidas la vi más relajada, sin encarar y pensé que talvez estaba en algo.

Me hice el boludo hace unas semanas, y le pregunté a Guada, ya que ellas se hablan todos los días. Pero dijo que no, simplemente estaba estresada con algunos mambos familiares y no tenía ánimos de conocer gente. Supongo que no entre en la categoría de “conocer gente nueva”. Ya que sino, no estaría sentada en mi cama vestida de bruja, como salida de una fantasía.

Quise ser un buen anfitrión, invitándole algo para tomar ni bien llegó a casa, estaba un poco nervioso también. El problema es que ella vino con la campera de cuero y el gorro en la mano. Al sacarse la campera, quedando en corpiño, y dejando el sombrero sobre su cabeza nuevamente. Las ideas de tomar algo y charlar un rato, salieron volando como si nunca hubieran surgido. Me sonrió de esa manera que me hace querer sonreírle también, desde ahí los besos fueron tan calientes y abrumadores, que los recuerdos se volvieron difusos.

Tampoco se cómo pasamos del living, a la cama. Muchos menos se en que momento pasamos a tener tan poca ropa, o como termine acostado con ella encima. Solo me quedé observándola, mientras ella me daba besos por todo el pecho, moviéndose lentamente por mi estómago y hacia mi erección. Ella me miró, sus grandes y hermosos ojos marrones parecían transmitir puro fuego, estaba tan perdido en esa increíble vista. Que la escuché decir algo a lo que no pude responder, antes de verla deslizando su lengua por mi miembro. La visión de ella en cuatro, solo con ropa interior mientras me la chupa, es una locura. Casi involuntariamente solté un quejido y sacudí las caderas, diciéndole en silencio que continuara. Una vez más, su lengua se movió de arriba a abajo por toda mi longitud.

Estaba como hipnotizado, sentir la calidez de su boca me estaba llevando a la locura, al verme disfrutarlo empezó a aumentar lentamente la velocidad. Sentí que se me tensaban los testículos y supe que estaba a punto de acabar. Le agarre del pelo, sin saber si quería alejarla antes de acabar en su boca o si quería mantener su cabeza ahí.

—Cam, pará, estoy a punto de… —Me miró una vez más, como provocándome solo con la mirada y acabe antes de terminar la frase. Ella lamió todo el semen y me dio besos por todo el cuerpo, moviéndose hacia mi boca.

—No te lo dije antes? Torito, yo no escupo. —se acercó a besarme, entre risas cómplices, no paso mucho tiempo hasta que los besos nos calentarán rápidamente.

—Bueno, no soy de los que se quedan sin devolver la atención—Lentamente, la provoque como ella lo había hecho conmigo, dejando besos suaves y delicados por todo su cuerpo y finalmente llegando a mi destino.

Lamí mis labios y la mire, con la expectación reflejada en todo su cara, sus ojos marrones suplicándome que dejara de provocarla. Bajé la cabeza y lamí la bola de nervios sobre su entrada. Ella gimió en voz alta y supe que podía continuar. Lentamente empecé besándola y lamiéndola, antes de hundir dos dedos en ella.

Sus ojos se abrieron de par en par y pensé que iba a acabar en ese mismo momento. “No pares”, gimió ella, mientras continuaba bombeando mis dedos dentro y fuera de su estrecha entrada. Mientras ella disfrutaba de mis atenciones, me acosté sobre ella. Antes de que llegara al orgasmo, con la mano libre puse una de sus piernas en mi cadera. Acomodado perfectamente entre sus piernas, sin dudarlo más la penetre. Creando esa deliciosa fricción, que ambos deseabamos tanto y nuestros gemidos rebotaron en las paredes de la pequeña habitación.

Nos movimos como uno solo, nuestros cuerpos resbaladizos por el sudor. Ella se giró, hasta quedar encima, su pelo salvaje por la intensidad de la noche, creaba una cortina entre nuestras caras. Puse mis manos en su cadera, ayudándola a mantener el ritmo.

Con un último empujón, gritamos el nombre del otro, antes de que Cami se desplomara sobre mi. Le di un suave beso en los labios y ambos nos sumimos en un sueño sin sueños.
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Buenas noches/madrugadas!

Cómo están?

Mañana tenemos TDT y más temprano Cami está de invitada en Rumis, así que tenemos que bancarla! Si quieren datos del canal, Camí subió a su historia la imagen que te manda directo al Instagram del canal y de ahí está el link a Youtube. No sé bien, pero deben estar en twitch también.

Este capítulo es la continuación del anterior, espero que les guste! Dejen comentarios y votos! Los amo ❤️
Nos vemos en la próxima actualización!

PD: Chicas/os! Pueden creer que Toro llegó al capítulo número 50?? 🙈🥹😱

PD: Chicas/os! Pueden creer que Toro llegó al capítulo número 50?? 🙈🥹😱

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