Me tiro en la cama después de haberme puesto ropa cómoda. Lloro desconsoladamente mientras que Alexis se tumba a mi lado a acariciar mi espalda para relajarme, o al menos intentarlo.
-Háblame Irina, odio verte así, me mata no poder hacer nada-dice.
No respondo y sigo llorando. Levanto la cabeza para tumbarme de nuevo pero esta vez en sus piernas.
-Jamás pensaba que podría afectarme tanto volver a verle. Tengo una buena vida Alexis, un hombre que me ama y un negocio maravilloso-digo entre lágrimas.
-Pero eres humana Irina, puedes permitirme el sentir amor, dolor, arrepentimiento e incluso culpa, no es malo tener sentimientos por alguien-dice para calmarme.
-Cuando amas a una persona, se supone que no puedes amar a nadie más.
-¿Le amas?-pregunta refiriéndose a Enzo.
-Ojalá me hubiese hecho daño, porque le odiaría, pero me hizo ser la persona más feliz del mundo y por eso le quiero.
Alexis se coloca a mi lado tumbado y me quita el pelo que cubre mi cara para después secar mis lágrimas.
-Estás hecha un lío eh amiga-dice sonriendo.
-¿Crees que soy una persona horrible?
-No, en absoluto. Pienso que eres maravillosa y que te has convertido en una gran mujer, pero no quiero que te arrepientas de nada, hagas lo que hagas, hazlo con el corazón.
-¿A qué te refieres? Odio cuando hablas enigmático.
-Irina, si amas a Enzo ve a buscarle y díselo, pero si amas a Daniel no salgas de esta habitación y no tientes a tus sentimientos a que puedan jugarte una mala pasada y acabes haciendo algo de lo que te arrepientas-dice.
Alexis se pone el pijama y yo sigo sentada en la cama pensando en que debería hacer. Quiero hablar con Enzo, necesito decirle cuánto sufrí por él y cuánto le quiero todavía, pero sé que no debería. No debería porque el hombre con quien comparto mi vida está esperando a que sea mañana y poder estar juntos de nuevo. Daniel no merece esto, no merece a una persona que dude de si le quiere o no, merece mucho más de lo que yo puedo ofrecerle.
-Se me ha olvidado el paquete de tabaco, voy a buscarlo. No me esperes despierto-miento.
Alexis me mira. Sabe perfectamente que no voy a buscar ningún paquete de tabaco, pero sonríe y asiente con la cabeza. Salgo de la habitación y camino hacia la puerta donde dentro está el hombre que está haciendo que dude hasta de mi existencia. Llamo un par de veces y Enzo aparece sin camiseta para invitarme a pasar.
-¿Molesto?
-Nunca. Pasa, iba a irme a dormir, pero sin duda prefiero compañía-dice cerrando la puerta después de que yo pase.
Me siento en la cama y él también lo hace, un metro alejado de mí.
-Mike y Aby me han dicho que te diese las gracias por venir y por tu regalo de boda-dice.
-No he podido hablar con Mike, me siento fatal. ¿Le dirás que lo siento?
-Tranquila. Creo que Mike comprende la situación mejor de lo que imaginas.
Nos miramos. Ambos queriendo hablarnos pero sin saber por dónde empezar.
-Cinco años... Cinco años sin vernos y parecemos dos extraños-dice por fin.
-Ahora lo somos.
-Yo sigo siendo el mismo Irina. El mismo que conociste, nada ha cambiado.
-Supongo que algo lo habrá hecho, ¿no?
-Absolutamente nada. Lo supe el día que te vi en la tienda después de tantos años, que nada había cambiado. En ese momento volví a ser aquel crío que te amaba locamente, eso tampoco ha cambiado.
-Enzo yo...
-Tranquila. No pretendo darte lástima ni mucho menos. Sé que tienes pareja y que eres feliz y no sabes lo que eso me alegra Irina, pero a veces pienso en cómo hubiese sido la vida si no hubiese cogido ese avión...
-Mi vida no sería la misma probablemente-hago una pausa y le miro con lágrimas en los ojos.
Enzo me mira casi en la misma situación. Con los ojos tristes y llenos de amor a la vez.
-Sé que todo pasa por algo, pero ojalá nada de eso hubiera pasado, ojalá no te hubieses ido nunca.
Enzo me mira con los ojos abiertos, confundido ante mi comentario, al igual que yo.
-¿Por qué entonces dejaste que me fuera? Y no me mientas, por favor no quiero oír mentiras Irina. Merezco saber la verdad.
-Quería que fueses feliz. No fue porque no te quisiera o porque quería que te alejases de mí, a veces la mayor forma de querer a alguien es dejándole ir.
Enzo se levanta de la cama enfadado. Apoya la frente en la pared y cierra el puño de la mano. Su respiración se altera y vuelve a mirarme.
-Me dejaste ir porque sabías que si me lo pedías lo hubiera dejado todo por ti, fuiste cobarde porque sabías que era capaz de renunciar a todo, menos a ti-dice con un tono de voz elevado haciendo especial mención en sus tres últimas palabras.
Sus ojos derraman lágrimas y no puedo evitar levantarme para abrazarle. Sentir de nuevo su cuerpo tan cerca del mío hace que me estremezca. Nuestras respiraciones se vuelven una y nuestros corazones laten a la vez.
-No sabes cuánto sufrí Enzo, no puedes hacerte una idea. Tú fuiste a cumplir un sueño, pero yo me quedé sola, me perdí en una oscuridad terrible, me perdí a mi misma cuando te perdí a ti y Daniel salvó mi vida...
-Y siento enterarme ahora, pero te recuerdo que fuiste tú quien bloqueó mi número y desapreció.
-Si yo hubiese sido la que se hubiese ido...
-Entonces me hubiese ido contigo.
No me deja terminar la frase y es él quien lo hace dejándome un mal sabor de boca y con un dolor horrible en el pecho.
-Era una locura. No podía dejar a mi padre e irme contigo, no quería ser un estorbo en tu carrera. Irte fue una locura Enzo...-digo aún abrazada a él.
Se separa de mí y coge mi mano con la suya. Con la otra acaricia mi mejilla.
-Lo más loco que he hecho no fue irme del país, no fue hacer una película de la noche a la mañana, lo más loco que he hecho fue esperar durante cinco años que un día aparecieses ahí.
Una lágrima cae por mi mejilla, pero Enzo la frena con su dedo.
-Debo irme Enzo. Alexis me está esperando en la habitación.
-¿Es por Alexis o es otra mentira más Irina?
-Déjalo por favor-digo soltando su mano.
Camino hacia la puerta y antes de que pueda abrirla la mano de Enzo hace presión contra ella. Me giro a mirarle y le veo más cerca que nunca.
-Enzo...
Trago saliva. Sus labios están a menos de dos centímetros de los míos, su respiración se corta con la mía y su respiración se asemeja a la fuerza de la mía. No puede besarme, no puede hacerlo porque no podría pararle. No puedo hacerle esto a Daniel. No puedo hacerme esto a mí.
-Espero que seas feliz Irina-dice y besa mi frente.
No iba a besarme. Solo que mis deseos y ganas han querido pensar en que eso es lo que él quería. Sé que me quiere y que sigue enamorado de mí, una parte de mí es consciente de que siempre le querrá a pesar de todo y más ahora, sé que jamás voy a olvidarle, pero le debo un respeto a la persona que quiero y no podría pasar nada nunca entre Enzo y yo. Aunque lo quisiera.
Le miro por última vez y salgo de la habitación para ir corriendo hacia mi amigo.
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La Saga Destino: Perderme.
RomanceSegundo libro de la saga destino. Cinco años han pasado desde que Irina tomó una de las decisiones más difíciles de su vida, abandonar a Enzo. Dicen que dejar ir a quien amas es una forma cobarde de amar, pero ella sabía que debía dejarle ir para q...