Me levanto temprano, con esa sensación de paz extraña que ha empezado a instalarse en mi vida después de unas largas semanas de caos. Por fin todo parece estar en calma. Me preparo para ir a la tienda, Daniel se ha ido antes a trabajar antes y se me hace raro tomar el desayuno sola.
Cuando llego, Alexis ya está adentro, organizando unas cajas detrás del mostrador, aunque hay algo en él que parece distinto. Como si su mente no estuviese aquí. Me dedica una pequeña sonrisa, pero no viene a darme el beso de siempre y es entonces cuando comprendo que algo anda mal.
-¿Estás bien?- pregunto y parece asustarse.
-Irina... Hay algo que necesitas saber. El padre de Enzo ha muerto.
La noticia me deja sin aliento. Me quedo en silencio, intentando procesar la información. Sé lo importante que es la familia para Enzo, a pesar de la mala relación con sus padres.
-¿Cómo lo sabes?- pregunto extrañada de que se haya enterado.
Alexis parece dudar en su respuesta, como si estuviese buscando las palabras exactas.
-Irina... Enzo y yo hemos mantenido el contacto desde que pasó lo de Lucía...
-¿Y puedo saber el por qué?- pregunto algo agobiada.
-Enzo me ayudó desde el primer día con la tienda, él estuvo aquí todos los días que no viniste. No quise decírtelo, ambos prometimos que no diríamos nada...
El corazón me da un vuelco al imaginar a Enzo ayudándome y arreglando el desastre en el que se convirtió la tienda. Alexis me ha engañado pero sé que lo hizo por mi bien, haber sabido esto antes no hubiera sido bueno para mí. Por alguna razón, saber esto hace que sienta más cerca a ese hombre, como si todavía perteneciese a mi mundo.
-No tenía que hacerlo... Y aún así lo hizo.
-El siempre se ha preocupado, aunque tú no lo supieses.
-Voy a ir a su casa- digo decidida.
-Quizás no sea correcto.
-Estoy harta de hacer lo correcto Alexis, harta.
Sonrío a mi amigo antes de salir de la tienda. Me dirijo hacia la casa de Enzo, decidida y nerviosa por nuestro encuentro. El camino se hace eterno, mientras tanto pienso en que decirle o en cómo debería actuar. A veces pienso que da igual las barreras que la vida nos ponga, Enzo y yo siempre estaremos unidos de alguna manera.
Dudo por un momento al llegar a la puerta. Respiro hondo y llamo. La puerta se abre lentamente y ahí está, con esa mirada cansada y los ojos llorosos. Y ahí es cuando veo al hombre que tanto amaba y al que quizás, aún sigo amando.
Me tiro a sus brazos y Enzo me recibe con fuerza, como si necesitase esto para seguir viviendo. Me aprieta contra su pecho y suspira hondo.
-Lo siento mucho Enzo- digo con la voz temblorosa.
No dice nada y me invita a pasar. Volvemos a estar juntos en esta casa, como si nada hubiese pasado. Nos sentamos en el sofá y cojo su mano para colocarla encima de la mía.
-Gracias por venir, no tenías que hacerlo- dice rompiendo el silencio.
-Como tú con mi tienda y lo hiciste...
-¿Cómo lo sabes?- pregunta sorprendido.
Le cuento todo lo que sé y parece avergonzado, como si para él fuese incómodo que yo lo sepa. Pero la realidad es que me hace demasiada ilusión saber que estuvo ahí a mi lado, aunque yo no pudiese verlo.
Veo papeles encima de la mesa y entiendo que son los trámites del entierro. No quiero preguntarle cuando ocurrió ni cómo, espero que me lo cuente él si en algún momento está preparado.
-Voy a ir a la casa del lago esta semana, tengo que...- su voz se quiebra y me doy cuenta de lo difícil que debe ser afrontar esto solo-. Tengo que recoger las cosas de mi padre y despedirme también de ese lugar, quizás lo ponga en venta.
Asiento comprendiendo la carga que está sintiendo. Siempre ha sido su refugio, su sitio para escapar de todo, un lugar lleno de recuerdos de su infancia y aunque me cueste aceptarlo, un lugar importante para mí también.
-Voy contigo. No voy a dejarte solo.
Él me mira, sorprendido. Veo duda en sus ojos, pero asiente con la cabeza. Quizás no sea buena idea que ambos volvamos a esa casa juntos después de tantos años, pero dejarle solo me rompería el corazón.
No sé cómo reaccionará Daniel ante esto. No es solo un viaje cualquiera y él lo sabe. Me llevará de regreso a unos recuerdos compartidos con el hombre que ha provocado dudas en nuestra relación y eso le romperá el corazón. Pero no puedo ignorar el apoyo que Enzo siempre me ha dado y el gran amor que sentía hace años por él y el que quizás, todavía siento.
-Gracias Irina. Sé que esto no es fácil y qué... Daniel no se lo tomará bien, pero esto significa mucho para mí- dice apretando mi mano.
-Estaré ahí Enzo, no lo dudes. No te fallaré.
-Saldré en un par de días, antes tengo que terminar los trámites en Madrid- dice soltando mi mano.
Sonrío. Quiero que sepa que va a tenerme aunque entre nosotros ya nada sea lo mismo.
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La Saga Destino: Perderme.
RomanceSegundo libro de la saga destino. Cinco años han pasado desde que Irina tomó una de las decisiones más difíciles de su vida, abandonar a Enzo. Dicen que dejar ir a quien amas es una forma cobarde de amar, pero ella sabía que debía dejarle ir para q...