Después de una hora y media montados en el coche, con la música demasiado alta y cantando como dos locos, llegamos a nuestro destino.
No he podido conducir ni un solo minuto, porque los nervios eran demasiado fuertes como para estar concentrada en la carretera por lo que Alexis ha sido quien ha ido al volante y yo he sido una copiloto espectacular ya que me he encargado de la lista de reproducción de música y también de guiarle con el GPS. Siendo sincera, Alexis es un pésimo conductor, sobre todo cuando se trata de seguir indicaciones en el mapa, por eso, desde el primer momento he sabido que tenía que encargarme yo de ser quien estuviese pendiente al GPS.
-¿Cómo estás?-me pregunta.
-Nerviosa, supongo.
Bajamos del coche y cogemos del maletero nuestro equipajes para pasar el fin de semana en el lugar donde va a celebrarse la boda.
-Vaya-digo admirando el lugar.
-Es precioso-dice Alexis.
Todo está rodeado de césped, árboles, flores... El aire libre puede respirarse, me encantan estos sitios porque es un ambiente completamente diferente al de la gran ciudad de Madrid. He de decir que han trabajado bastante en la decoración, ya que todo está adornado con mucho cariño y detalle.
El recinto es una especie de casa enorme de color blanco, al igual que la mayoría de los detalles de la decoración. Hay una gran fuente justo a la entrada donde se encuentra también el parking donde hemos dejado el coche. Veo la especie de altar que han preparado para mañana, por lo tanto, imagino que no van a casarse por la iglesia y que harán una ceremonia después de casarse por lo civil.
Jamás he querido casarme por la iglesia, de hecho, esto es lo más parecido a lo que siempre he soñado con que fuese mi boda. Hace años quería casarme en la playa, pero luego pensé en que era demasiado sucio y que todo el mundo acabaríamos de arena, por lo que con el tiempo se me ocurrió la idea de casarme en el campo, rodeada de flores y de la gente a la que quiero. Y es justo así como Enzo va a casarse.
-¡Hola! Que pronto habéis venido-dice Enzo saliendo de la casa.
-Hola-dice Alexis mientras le da un apretón de manos.
-Hola-digo desde la lejanía.
-Venid, os enseñaré vuestra habitación-dice.
Caminamos detrás suya y al entrar entrar a la casa, es todavía más bonita de lo que esperaba. La ambientación es bastante rústica y minimalista, lo cual me encanta. Subimos unas grandes escaleras hasta la planta de arriba en la cual parece encontrarse nuestra habitación. Enzo camina por dos puertas y por fin se frena en una de ellas.
-Es esta de aquí, he pedido que fuese la mejor-dice señalando la puerta.
-Vaya, que considerado-murmuro.
-¿Decías algo?-me pregunta.
-Que gracias.
-Si necesitáis cualquier cosa, mi habitación está abajo, justo al lado de la puerta del jardín, donde la piscina-dice alejándose.
-Con piscina y todo... Esto es surrealista-digo poniendo los ojos en blancos.
-En cuanto dejemos las maletas, pienso ir a darme un baño a esa piscina-dice Alexis.
-Pues que lo disfrutes, yo no pienso moverme de esta habitación hasta mañana-hago una pausa mientras introduzco las llaves en la puerta-Por cierto, como veo que te vas a estar paseando por la casa, esta noche tráeme algo de cena.
-Si quieres cenar tendrás que ir a por ello-dice.
-Vaya que gran amigo eres-digo irónicamente.
Entramos a la habitación y se me abren los ojos, al ver la maravilla que tenemos delante de nuestros ojos. Me atrevería a decir que es casi más grande que la casa de mi padre.
Los suelos son de madera negra, las paredes blancas y los muebles en los mismos tonos. Hay dos camas de matrimonio que es donde dormiremos Alexis y yo, dos armarios y un sofá. Continuamos andando y por si fuera poco lo que hemos visto nos sorprendemos todavía más.
-Genial, ya no necesito que me traigas cena-digo observando que tenemos comida en la habitación.
-Oye que detalle por su parte.
-Cállate-digo tirándole un cojín de la cama.
El baño está a mano izquierda justo al lado de la nevera. Es precioso y enorme. es un baño completo con bañera jacuzzi y con dos lavabos para que así no tengamos que pelearnos. Pero lo más bonito de la habitación sin duda es la cristalera que se abre y lleva a una terraza donde se ven las vistas de todo el recinto.
Me ha recordado a la terraza que yo tenía en mi antigua casa, donde salía todas las mañanas a tomarme un café mientras me fumaba un cigarro. Me apoyo en la gran barandilla de piedra y observo los árboles que tengo en frente, dejándome llevar por mis pensamientos del pasado.
-¿Estás bien?-me pregunta Alexis situándose a mi lado.
-Lo estaré-digo apoyando el lateral de mi cabeza en su hombro.
-¿Sabes que eres muy valiente por haber venido aquí verdad? Y que estoy orgulloso de ti por ser tan fuerte.
-Gracias, solo tú sabes lo que esto me cuesta en el fondo-digo.
-Una vez termine este fin de semana no te permitiré volver a dudar sobre tu relación, así que aprovecha bien en lo que quieras decir o hacer, porque una vez acabe volverás a tu vida de siempre y no dejaré que vuelvas a cuestionar tus sentimientos, ¿ha quedado claro?
-Clarísimo. Por cierto, voy a decirle a Daniel que hemos llegado-digo entrando a la habitación.
-No hay cobertura-dice Alexis.
-¡Mierda! Tengo que ir a buscar cobertura, estará preocupado, tengo que llamarle.
-Irina, estamos en el monte, aquí no hay cobertura-repite.
-¡Pero estará preocupado!
-Parece mentira que no conozcas a Daniel. Se imagina que hemos llegado y confía en ti, sabe que estarás bien.
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La Saga Destino: Perderme.
RomanceSegundo libro de la saga destino. Cinco años han pasado desde que Irina tomó una de las decisiones más difíciles de su vida, abandonar a Enzo. Dicen que dejar ir a quien amas es una forma cobarde de amar, pero ella sabía que debía dejarle ir para q...