El camino a casa se siente extraño, mis pensamientos van y vienen entre el compromiso que siento por ayudar a Enzo y la inevitable tensión que esto creará con Daniel. Aunque llevemos muchos años juntos y tengamos una vida estable y buena, sé bien que me enfrento a un viaje que abrirá heridas, las cuales quizás nunca se hayan cerrado del todo.
Mientras ceno con Daniel tengo que elegir bien las palabras que usar para explicarle todo, para ser honesta e intentar a la vez, no causarle daños. No dice nada, me escucha en silencio y veo como su mandíbula se tensa al oír el nombre de Enzo. El silencio entre nosotros es tan tenso que incluso me duele.
- ¿Así que una semana, no?
-Así es. Sé que esto no es fácil de entender, pero Enzo me ayudó siempre y siento que ahora es mi turno. Necesito y quiero ayudarle a cerrar ese capítulo.
Daniel suspira y mira su plato. Piensa que decirme por la expresión de su cara. Tengo miedo de lo que esté sintiendo en este momento, imagino que no debe ser agradable ni fácil.
-Está bien, si sientes que es lo correcto, ve. Pero ten cuidado... O lo que sea- dice sin saber muy bien cómo expresarse.
Le doy un apretón de manos, agradeciendo su compasión y comprensión, aunque sea a medias.
-Desde el día que vi el desastre que eras, supe que debía quererte tal y como eras.
No entiendo lo que dice y creo que por mi expresión lo nota en el acto. No sé si tomármelo bien o si solo está intentado decirme lo mal que estoy haciendo todo esto.
-No te comprendo Daniel- digo.
-Eres una mujer fuerte e increíble, a pesar de que te conocí siendo un desastre te has convertido en una persona a la que admiro, pero...- hace una pausa y me mira sin saber cómo continuar.
- ¿Pero qué, Daniel?
-Nunca has dejado que el pasado sea pasado y jamás podrás tener un futuro si no luchas por hacerlo.
Se levanta de la mesa y se aleja, dejándome sentada sola en la mesa y observando como camina. Sé que no puede ir muy lejos, pero siento como si se alejase para siempre de mí. Acabo de romper su corazón y a pesar de que siempre me entienda y me apoye, sé que esto es imposible de aceptar.
- Daniel, espera por favor.
Pero es inútil llamarle. Daniel ha subido a la planta de arriba y eso me hace darme cuenta de que no quiere hablar conmigo, por lo que recojo los platos de la mesa y me siento en el sofá a descansar la mente.
Escribo un mensaje a Alexis en el que le explico la situación. Le indico que deberá hacerse cargo de la tienda durante esta semana y le prometo que le pagaré por ello. Aunque en el fondo sé que no será necesario, porque siempre va a entenderme a pesar de no compartir mis opiniones. Alexis quizás sea la única persona que conoce todos mis secretos y jamás me ha juzgado.
Intento dormir, pero no lo consigo, por lo que decido subir a la habitación. Entro y veo que Daniel está metido en la cama. Camino hacia él y me tumbo a su lado, está dándome la espalda por lo que no puedo verle.
El silencio es incómodo, tanto que duele.
-Irina necesito ser honesto contigo y no quiero que te enfades, quiero que hablemos acerca del viaje... No es fácil asimilarlo para mí, entiéndelo- dice por fin rompiendo el silencio que estaba matándome.
Siento una punzada pero no le interrumpo, porque sé que quiere decir algo más.
-Él se fue Irina. Te construyó y después te destruyó, yo, en cambio solo he intentado que esas piezas volviesen a encajar. Porque te amo y posiblemente me enamoré de ti desde el instante que te conocí. Y confío en ti, pero me aterra pensar que algunas de esas piezas sueltas solo vuelvan a su sitio con él.
Sus palabras me duelen. Daniel tiene razón, él siempre estuvo para mí, sin condiciones, sin pedir nada a cambio, solo porque me amaba. Mientras que Enzo triunfaba haciendo una película, Daniel apostó por mí y se dejó la piel en que fuese feliz y entiendo su dolor ante la situación de que me vaya con Enzo a solas a una casa donde fuimos felices hace años.
-Daniel, soy consciente de quien estuvo ahí para mí durante años, sé quién fue el que no se rindió hasta hacerme feliz y sé que fuiste tú, pero no puedo abandonarle... No puedo- digo con la voz temblorosa ante el miedo a su respuesta.
-Irina confió en ti. Y estoy orgulloso de quién eres y de ese corazón tan enorme que has construido a pesar del dolor y las decepciones, pero eso no significa que me cueste aceptar que ese hombre siga tan presente en tú vida. En nuestra vida- dice recalcando.
Me acerco a él y le abrazo. Por fin puedo sentir el calor de esa cercanía que tan especial es entre nosotros. Aprecio su honestidad y el gran esfuerzo que está haciendo ante la situación tan complicada que se nos ha dado ahora.
-Te quiero Daniel- le susurro en el oído-. Lo que tú y yo tenemos es real, algo que hemos construido con esfuerzo y amor, algo que quiero que siga creciendo. Y ten claro que no voy a dejar que nada ni nadie lo destruya.
-Yo también te quiero Irina, más que a nada en este mundo. Y te apoyo, quiero que vayas y ayudes a Enzo, sé de lo que eres capaz con solo una sonrisa y lo mucho que puedes hacer por ese chico solo con tu presencia.
Somos un equipo, uno fuerte y decidido a enfrentar cualquier tipo de desafío. Daniel es mi familia y eso no cambiará jamás, es él a quien amo y con quien quiero pasar el resto de mi vida. No importa cuánto haya sido Enzo en mi pasado, Daniel es mi presente y voy a luchar porque también sea mi futuro.
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La Saga Destino: Perderme.
DragosteSegundo libro de la saga destino. Cinco años han pasado desde que Irina tomó una de las decisiones más difíciles de su vida, abandonar a Enzo. Dicen que dejar ir a quien amas es una forma cobarde de amar, pero ella sabía que debía dejarle ir para q...