Abro los ojos despacio, pero mi cuerpo se niega a moverse. Es como si supiera algo que mi mente todavía no ha procesado. Me duele la cabeza y siento un vacío extraño en el estómago, como si algo estuviera mal.
Intento levantarme, pero apenas pongo un pie en el suelo, todo da vueltas. Camino tambaleándome hasta el baño, donde mi cuerpo me traiciona y vomito en el lavabo. Me apoyo en la encimera, jadeando, mirando mi reflejo con un ceño fruncido. ¿Qué me pasa?
Regreso a la habitación y me dejo caer en la cama. Cierro los ojos con fuerza, como si eso pudiera borrar todo lo que siento. Sé a quién amo, pero no estoy segura de si eso es lo correcto. Y sé con quien debería quedarme, pero tampoco estoy segura de ello.
Pasado un rato, Alexis llega a casa. Su sola presencia alivia un poco el caos en mi interior. Mi padre le regaló un juego de llaves de casa, por lo que últimamente viene cuando quiere.
-Necesito hablar contigo -le digo, sentándome frente a él.
Alexis levanta una ceja, dejándose caer hacia atrás en el sofá con una sonrisa.
-Claro, ¿qué pasa ahora? Espero que no sea otro drama y sea algo bueno, porque te juro que no me quedan energías para más.
La sonrisa de Alexis desaparece al ver mi expresión de confundida y veo cómo adopta su expresión de "te voy a dar un sermón, pero con cariño".
- ¿Ya has tomado una decisión, verdad? -pregunta.
Asiento lentamente, aunque siento un nudo en la garganta.
-Sí. Pero antes de hacerlo, necesito preguntarte algo. Si estuvieras en mi lugar, ¿qué harías? En fin... ¿A quien elegirías?
Alexis deja su taza de café sobre la mesa y se inclina hacia mí.
- ¿En serio Irina? No creo que mi respuesta vaya a sorprenderte, pero ya sabes que siempre me quedaría con Daniel.
Lo miro en silencio, esperando más. Y él, como siempre, no me decepciona.
-Mira, Irina. Enzo es... una herida que no ha cicatrizado, un amor que te dejó destrozada, y sé que todavía lo amas. Pero Daniel es quien estuvo ahí cuando más lo necesitabas. Es quien te ama de verdad, quien ha sido paciente, te ha dado tu tiempo siempre, equilibrio, paz y calma. No sé si Enzo puede ofrecerte lo mismo sinceramente.
Sus palabras se clavan en mi pecho. Sé que Alexis siempre estará a favor de Daniel, porque en el fondo cree que es lo mejor para mí y quizás le entienda, porque sufrió conmigo meses y meses de llantos y berrinches.
- ¿Y si estoy destinada a amar a Enzo? -pregunto en voz baja.
Alexis niega con la cabeza.
-El destino no tiene nada que ver con esto, Irina. Lo que importa es lo que tú decidas hacer con tu presente. ¿Quieres estabilidad, alguien que te cuide y te haga sentir segura? ¿O quieres seguir persiguiendo un recuerdo que no garantiza nada? Porque yo tendría muy clara la respuesta...
-Pero Enzo...
- ¿Enzo, qué? Enzo te ama, lo sé. Y tú le amas, pero a veces amar no es suficiente. Lo que tienes con Daniel es real, algo estable. No es un "qué podría haber sido".
Siento cómo las lágrimas empiezan a acumularse en mis ojos. Alexis se acerca y me toma las manos.
-Lo que elijas, Irina, será lo correcto, porque lo estarás haciendo desde tu corazón. Pero por favor, piensa en ti. No en ellos.
Le aprieto las manos y asiento.
-Espero que algún día mi mente y mi corazón, elijan lo mismo.
Mi corazón grita el nombre de Enzo sin descanso, pidiendo a gritos que vaya con él y sea feliz. Pero mi mente repite el nombre de Daniel una y otra vez, sabiendo que en realidad, es la opción correcta.
Él sonríe ante mi comentario, no sabe qué responder, por lo que me mira y vuelve a apoyarse en el sofá.
-Gracias amor, no sabría qué sería de mí, sin ti.
-Para eso estoy, aunque a veces creo que ser tu amigo debería venir con un sueldo. Esto no está pagado- dice riéndose para aliviar el ambiente.
Me río entre lágrimas, pero la risa es débil. Sigo sintiéndome rota, pero ahora un poco menos perdida. Si hay alguien que merece mi corazón más que nadie en este mundo, sin duda es Alexis, quien no se ha rendido conmigo a pesar de saber siempre la verdad y guardar mis secretos. A veces imagino una vida sin que él no esté y lloro solo con imaginarlo. Alexis es el hermano que perdí hace años, la compañía de vida que escogería una y otra vez, el amigo con el que puedo contar siempre y sobretodo, mi rayo de sol en la mayor de las tormentas.
-Te quiero, ¿lo sabes verdad?
-Pues claro, soy el mejor amigo del mundo, ¿cómo no ibas a quererme?- Hace una pausa para ponerse un poco más serio-. Irina, yo también te quiero, incluso mas que a mí mismo.
Él sabe que le quiero, pero le quiero más de lo que él sabe.
ESTÁS LEYENDO
La Saga Destino: Perderme.
RomanceSegundo libro de la saga destino. Cinco años han pasado desde que Irina tomó una de las decisiones más difíciles de su vida, abandonar a Enzo. Dicen que dejar ir a quien amas es una forma cobarde de amar, pero ella sabía que debía dejarle ir para q...