-¿Qué pasaría si dejase de amarte, o si no te amase como mereces Daniel?-le pregunto mientras cenamos.
Daniel se detiene. Deja los cubiertos en la mesa y me mira con esa mirada tan comprensiva y llena de amor hacia mí que tiene siempre. Como si pudiese leerme el pensamiento, como si supiese el motivo por el cual le he preguntado eso.
-¿Qué quieres decir con eso?-pregunta.
-Se que te amo ahora, ¿pero qué pasaría si me diese cuenta un día de que no te amo o de que no al menos como mereces?-insisto.
-Irina, tu amor lo es todo para mí, es más de lo que podría imaginar o desear. Eres suficiente, más de lo que puedo pedir-dice para tranquilizarme.
Me tomo un momento para respirar profundamente, el aire parece más pesado ahora. No sé si alguna vez podré olvidar a Enzo, no sé si alguna vez podré dejar de amarlo, pero sé que amo a Daniel y que jamás me permitiré el perderlo, no por alguien de mi pasado, no por tener una mala cabeza.
Daniel siempre ha sido comprensivo, paciente y amable conmigo, pero sus ojos parecen cansados, quizás tristes. Creo que piensa que esta conversación va a acabar en un mal puerto y no quiero que lo haga, por lo que sonrío y le miro.
-Te quiero Daniel-digo por fin.
Me quedo en silencio, buscando en sus ojos algo que me haga entender lo que está pasando por mi cabeza ahora. Su amor es tan puro que me aterra, es tan desinteresado que me siento aún más perdida por saber que nunca estaré a su altura, que jamás seré suficiente.
-No quiero perder esto-digo.
-Eso no depende de mí Irina, es de lo que decidas. Te hablé en serio hace años cuando te dije que quería pasar el resto de mi vida contigo, hablo en serio cuando te digo que jamás te dejaré y sobre todo, hablo honestamente cuando te digo que te amo más de lo que soy capaz de soportar-dice.
Sus palabras me golpean como un choque de realidad, y entonces comprendo todo. Daniel jamás ha intentado atarme a él por miedo o inseguridad. El solo quiere que le ame por lo que es y eso es lo único que puede darme, por lo que es suficiente y más de lo que se puede pedir. Y comprendo que quizás el dolor que sienta por Enzo no vaya a irse de la noche a la mañana, quizás tarde días, meses o incluso años. Pero también pienso que quizás podría aprender a convivir con ello y a compartir mi corazón entre ambos sin que eso signifique traicionar a Daniel.
Sé que no puedo ignorar lo que siento por Enzo y no pretendo hacerlo tampoco, pero también sé que no debo tomar decisiones apresuradas y mucho menos jugarme la vida que he construido con un hombre maravilloso por el simple encaprichando de un "¿qué hubiera pasado?"
Enzo podrá vivir siempre en mí, pero en el pasado. Daniel es mi presente y ojalá también mi futuro.
-Daniel. Quiero luchar por ti, por nosotros, por lo que hemos sido y sobre todo por lo que somos y seremos-digo finalmente.
-Eso es todo lo que quiero, lo que necesito y lo que espero de ti. Lo que importa es el ahora. Y yo estoy aquí para ti, ahora.
En este momento siento que por fin he tomado la decisión correcta, la decisión que debía haber tomado desde el momento que volví a ver a Enzo. Por primera vez en estos días siento que estoy en el camino correcto y que la persona con la cual quiero recorrerlo, es él, Daniel.
Daniel y yo recogemos la mesa y por fin el día ha terminado lo cual significa que ha llegado el momento de meternos en la cama para abrazarnos y ver una película hasta que nos quedemos dormidos.
Mi teléfono comienza a sonar. Una llamada está entrando y no reconozco el teléfono por lo que atiendo de inmediato.
-¿Hola?
-¿Irina?
-Si. ¿Quién es?-pregunto intentado reconocer la voz que me resulta familiar.
-Soy Lu. Estoy en problemas...
Me llevo la mano al corazón y miro a Daniel asustada. ¿En qué se habrá metido? Ella me abandonó, pero yo no soy así, yo jamás podría abandonar a alguien a quien quise en un pasado.
-¿Donde estás?-pregunto aún sabiendo que quizás pueda meterme en un lío con ello.
El timbre de mi puerta suena y entonces entiendo todo, Lu está en mi casa, en el portal, por lo que cuelgo el teléfono y nos levantamos de la cama para bajar a buscarla en el ascensor.
La veo llorando, despeinada y con una mochila en la mano. Abro la puerta y se lanza a mis brazos para mi sorpresa.
-¿Está todo bien?-pregunto.
Daniel nos observa desde unos pasos atrás, sin comprender la situación la cual yo tampoco hago.
-Me han echado, estoy en la calle...-dice entre lágrimas.
ESTÁS LEYENDO
La Saga Destino: Perderme.
RomanceSegundo libro de la saga destino. Cinco años han pasado desde que Irina tomó una de las decisiones más difíciles de su vida, abandonar a Enzo. Dicen que dejar ir a quien amas es una forma cobarde de amar, pero ella sabía que debía dejarle ir para q...