El príncipe problemático Novela

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"Levemente neurótico"

Después de dejar atrás todo el hierro frío, llegó a una tierra llena de todo tipo de cosas raras y hermosas. Allí, Erna se convirtió en un personaje de una rale de hadas.

Tierras lejanas en el este y el desierto, miríadas de reinos por descubrir, flora rara y encantadora y fauna exótica e inusual. Paseó por ese mundo extraordinario junto a su príncipe.

Se olvidó por completo de la luna de miel y de la falta de momentos que tuvo con su esposo. El tiempo que ahora pasaba con Bjorn había reemplazado esos recuerdos desagradables

Se echó a reír mientras señalaba una alfombra maravillosamente colorida que parecía encantada por arte de magia y volaba.

Cuando vio un elefante, Erna chilló en los brazos de Bjorn y compartieron un rápido beso bajo la luz extática de la vidriera.

Dondequiera que volviera los ojos, Bjorn estaba allí. Le gustaba el hecho de que veía a su marido a menudo. En esos momentos, quería tomar una foto de Bjorn, capturarlo de la manera en que lo veía. Si pudiera, su mente explotaría, como los fuegos artificiales que vieron juntos esa noche.

—¿Por qué estás tan emocionado? —preguntó Bjorn.

Erna no se dio cuenta de que había estado sonriendo todo el tiempo hasta que Bjorn le hizo esa pregunta.

—Oh, no, nada, no importa.

Hizo a un lado sus sentimientos porque los encontraba algo vergonzosos. Bjorn se echó a reír, y otro destello de deseo recorrió su corazón en ese mismo momento. Esos malos recuerdos que se habían formado durante días se borraron en un instante.

Reafirmando su corazón para aceptar su maravilloso destino, Erna enhebró una mano en los brazos cruzados de Bjorn y se acurrucó cerca de él. Decidió esforzarse un poco más con la esperanza de que algún día llegaría al corazón de Bjorn.

Incluso si no pudo borrar la sombra de la princesa Gladys, tal vez pueda encontrar su propio lugar en su corazón, incluso si es un pequeño rincón, un rayo de sol dorado solo para ella.

Tal vez debido a esa renovada determinación, el camino de regreso fue un poco más ligero y alegre que la primera vez.

No pudo evitar mirar hacia atrás con pesar, pero no abandonó la feria con mala voluntad. El gran duque Schuber y su esposa fueron los últimos en ir a hacer turismo, y cuando vieron que sus carretas esperaban, Erna se impacientó y abrió el paso.

"Retrocedan todos, retrocedan, les dije que retrocedieran".

A pesar de las órdenes de la guardia real, los espectadores se adelantaron para ver mejor a la pareja del Gran Ducal. Era justo decir que Erna Dniéster, Gran Duquesa de Schuber, era actualmente la miembro de la realeza más popular de Lechen.

La tez pálida de Erna palideció aún más. El ruido de la multitud le hormigueaba los oídos y parecía contener la respiración. Lo único que quería era esconderse en el carruaje, pero si lo hacía, podía garantizar que su rostro aparecería en la primera página por la mañana, salpicado de letras grandes y en negrita, declarando que era la realeza más grosera de Schuber.

Tenía que ser fuerte.

La pausa momentánea le dio a Erna la oportunidad de recomponer fuerzas y seguir caminando. El carruaje estaba ahora delante de ella, sólo unos pasos más, sólo un poco más...

"ERNA!!!"

El grito de Bjorn rugió hacia el cielo en el momento en que ella ensanchó su paso y dio otro paso.