Emilio
Cuelgo a la llamada de Mimi sin responderle siquiera. Luego de unos segundos, llega un mensaje que dudo tener que abrir.
Necesito un poco de tu ayuda. Sé que es domingo, pero te encanta hacer trabajo extra, eres adicto, te conozco.
Bloqueo el teléfono y decido no responder.
Teo está a mi lado en el estudio. Él detiene la renderización del cuadro cuando escucha que mi teléfono timbra por tercera vez. Lo pongo en vibrador, pero abro el nuevo mensaje de Mimi porque en esta ocasión es una imagen.
Estoy a punto de pensar lo peor y entonces abro el archivo. Es una foto de Antonia, sentada en posición de yoga, en una alfombra blanca de un material que parecería peluche sintético.
Me aclaro la garganta y respondo a la petición de Teo por que apague mi móvil.
—Listo.
Él sigue en su trabajo y yo escribo un rápido mensaje a Mimi, esperando no arrepentirme por ello.
ESTÁS LEYENDO
Todos tus secretos
RomansUn fracaso se puede interpretar de dos formas. Una, que algo se está terminando. Dos, que algo está por comenzar. Para Antonia, que estaba rozando la desesperación por no saber qué hacer de su vida, huir de las cámaras es exactamente aceptar que fr...