Lost in Reality//Calum Hood//Nueva Versión

XXXI

HAYLEY

Me miro en el espejo mientras me coloco bloqueador solar en el rostro y después tomo una diadema de color negro para apartar el cabello de mi cara. Me arreglo la playera del concierto de Taylor Swift que me compré en el concierto. Escucho como la música de Green Day es interrumpida por una notificación de mi celular.

Me aparto del espejo y me acerco a mi escritorio donde se encuentra mi celular cargando. Sonrío al desbloquear la pantalla y ver el nombre de Calum en la barra de notificaciones. Abro su mensaje y le respondo diciéndole que puede entrar, que la puerta de la casa se encuentra abierta.

Calum at 16:47 p.m:
¿Segura?
¿No se enojarán tus padres?
Puedo esperarte afuera, no hay problema.

Hayley at 16:49 p.m:
Mis padres están en Nueva Zelanda
¿Acaso lo olvidaste?

Calum no me responde y yo camino hacia la puerta de mi habitación, para bajar e invitarlo a pasar. Sonrío cuando lo observo en parado en la entrada de la casa, mientras presiona la pantalla de su celular, bajo algunos escalones, saludándolo, provocando que aparte la mirada del aparato. Observo como su mirada se ilumina y una sonrisa se dibuja en su rostro. Siento mi corazón golpear contra mi pecho.

—Te ves preciosa, mi amor —escucho que dice Calum y puedo sentir como el aire abandona mis pulmones mientras mis pies se clavan en el último escalón. Lo miro sin saber que responder, con mis mejillas calentándose, y Calum comienza a balbucear después de darse cuenta de lo que ha dicho—. Lo lamento, Hayley. Yo... no...

—No te preocupes —sonrío acercándome a él. Coloco mis manos sobre su pecho y me pongo de puntitas para dejarle un rápido beso en los labios—. Tú también te ves bien, Calum. Te queda bien el color blanco —comento mientras acaricio su playera de Santa Cruz.

Calum me sonríe para después depositar otro beso rápido en mis labios, tomando mi mano suavemente.

—Ven, acompáñame a mi habitación. Aún no termino de arreglarme —le pido.

—¿Segura? —me pregunta mientras acaricia mis nudillos—. Puedo esperarte aquí.

—No, sube —insisto, dándole una mirada cómplice y me río al verlo tragar saliva—. Prometo mantener las manos quietas.

—Yo no sé si pueda decir lo mismo —murmura y observo como el color carmín se extiende desde su cuello hasta su rostro.

—Espero que no —respondo jalándolo suavemente para comenzar a subir las escaleras.

Cuando entramos a mi habitación, le digo a Calum, mientras me acerco a mi armario para sacar mi bolsa de tela, que puede sentarse en dónde guste. Me doy la vuelta para comenzar a meter mis pertenencias dentro de ella y observo como está acariciando su chamarra, la cual todavía descansa sobre el respaldo de la silla del escritorio.

—Con que aquí estaba —dice, apartando la mirada para fijarla en mí.

—Ah, sí —respondo con una sonrisa nerviosa—. Iba a regresártela, pero han pasado tantas cosas desde que me la prestaste y...

—Desde ese día ya me tenías pensando todo el tiempo en ti —murmura Calum interrumpiéndome. Siento como mi corazón golpea contra mi pecho mientras él comienza a acercarse a mí—. Tenía tantas ganas de besarte ese día.

—Lo noté —lo molesto mientras coloco mis brazos sobre sus hombros para abrazarlo por el cuello y él coloca sus manos en mi cintura.

—Pero luego empezaste a hablar de tu ex novio... —continúa, mirándome a los ojos mientras suelta una risita— ¿por qué te pareció buena idea comenzar a hablar sobre Clifford?